Ni los países desarrollados, que cuentan con sólidos sistemas de pensiones, otorgan a sus trabajadores 100% de su salario al momento de jubilarse, como planteó hace días el presidente Andrés Manuel López Obrador, al anunciar una iniciativa de reforma, aseguran expertos.
Además, un cambio mal planeado tendría un impacto severo en las finanzas públicas, advierten.
“No es posible en ningún sistema de pensiones [dar 100% del salario al jubilarse]. Ni el mejor. Australia, Holanda, Dinamarca son los mejores países en materia pensionaria del planeta y no tienen tasas de reemplazo de 100%. Hay algunos subsistemas que pueden hacerlo, y existen en México, donde las pensiones están altamente subsidiadas por el gobierno”, dijo el expresidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), Carlos Ramírez.
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Además, recalcó el tinte electorero del análisis que López Obrador ha puesto sobre la mesa con la posibilidad de una iniciativa de reforma al sistema de las Administradoras de Fondo para el Retiro (Afore) en México.
“En México, por consideraciones de orden político, la CFE o Pemex, o incluso el mismo IMSS, son sistemas que sí te pueden llegar a dar esas pensiones [de 100%], pero el problema es quién paga, y en esos subsistemas los que pagan son los contribuyentes”, dijo Ramírez.
Oportunidad desperdiciada
De acuerdo con el reporte Pensions at a Glance 2023, publicado en diciembre pasado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la tasa de reemplazo, es decir, el porcentaje del salario que alcanzará un trabajador en México al momento del retiro, será de 55.5% debido a la reforma realizada en este sexenio, en 2020, la cual incrementó las contribuciones obligatorias, puso un tope a las comisiones y disminuyó las semanas de cotización.
El mismo estudio muestra que trabajadores de países como Australia, Estonia, Irlanda y Lituania tendrán pensiones de apenas 30%, mientras que en Austria, Colombia, Dinamarca o Grecia el recurso rebasará 70% en los próximos años.
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“En la reforma de 2020 el Presidente no le quiso entrar a los temas pendientes del sistema de pensiones y sólo le interesó el efecto cortoplacista de subir las contribuciones y bajar las comisiones, y ahora resulta que está muy interesado”, advirtió Ramírez.
“Me temo que en esta coyuntura electoral no hay intención de hacer algo serio, se busca algo político-electoral, y eso lo hace peligroso para el país y para el sistema”.
En opinión del académico de la escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey, Héctor Villarreal, en el contexto de un sistema fiscal considerado débil, con una recaudación que representa sólo 14% del Producto Interno Bruto (PIB), la necesidad de abordar estos desafíos es imperativa.
El gasto en pensiones previsto para 2024 significará poco más de 40% de la recaudación tributaria, lo que resalta la urgencia de reformas que aseguren la sostenibilidad del sistema pensionario en México.
“Me quedo con una de las ideas con que el presidente Emmanuel Macron describió la discusión en Francia el año pasado: el país se está endeudando para cubrir las pensiones. Sucede que en México el gobierno también se endeuda para cumplir los compromisos de pensiones existentes. Igualmente, se ha penalizado el gasto en salud, educación y en infraestructura, y la justicia intergeneracional ha quedado maltrecha”, dijo.
Mejorar repartición
Villarreal dijo que las empresas ya tienen un aumento en la carga que destinan a la contribución obligatoria que aplica a partir de la reforma de 2020 y que aumenta de forma gradual, hasta llegar a 15% en 2030, lo que favorecerá con mejores pensiones a la población más joven que ya ha comenzado a trabajar en el sistema formal.
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“Esto representa aumentos importantes en sus tasas de reemplazo, particularmente para jóvenes. Ya es una carga fuerte para las empresas, más allá de la incidencia de cuánto pueden transferir de esta carga de seguridad social a los empleados”, explicó.
Ante la necesidad de aumentar la pensión de los trabajadores en México, principalmente en el sistema de Afore, Villarreal dijo que además de un mayor ahorro por parte del trabajador, lo cual se complica entre la población de bajos salarios, una alternativa con menor impacto en las finanzas públicas sería redistribuir recursos que se destinan a pensiones de trabajadores de Pemex, CFE y otros organismos para llevarlos a segmentos que enfrentarán las pensiones más bajas al momento del retiro.
“Este es un tema políticamente más complejo. Lo que se tendría que estar revisando es el sistema de reparto. En la medida en que las pensiones de IMSS, ISSSTE, de las empresas productivas del Estado son tan onerosas, queda poco espacio fiscal que puede ser destinado a un apoyo para que el gobierno haga mayores contribuciones”, dijo.