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Pese a peticiones de asociaciones, cámaras y grandes empresas de Estados Unidos al presidente Donald Trump para que deje de restringir horarios de atención al disminuir personal de aduanas, la lentitud en los cruces fronterizos se mantiene.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) conserva los cierres en sábados y sólo opera una línea hasta nuevo aviso.

Este viernes en El Paso, Texas, el tiempo de retraso para el cruce de camiones fue de ocho horas en carriles normales y de 45 minutos a cuatro horas para la línea fast, debido a que solamente opera una línea para estándar y otra para fast.

En Laredo hay retrasos de entre dos y cuatro horas, sobre todo porque en el puente de Colombia sólo hay una línea abierta.

Ante esa situación, la iniciativa privada estadounidense envió cartas a la Casa Blanca para exponer el daño que se ocasiona con la reducción de los días de atención en las aduanas de cruce y por reasignar a 750 funcionarios de aduanas a operativos migratorios.

En el texto firmado por 18 asociaciones e instituciones como la Alianza de Manufactura de Automóviles y la Asociación de Trenes Americanos, se explica que una disrupción del flujo comercial “ya sea por un cierre total o parcial de la frontera podría tener una cascada de efectos, dañar al consumidor estadounidense y amenazar los empleos americanos y la inversión”.

Los directivos integrantes de la Business Roundtable, que representa a empresas que generan 15 millones de empleos y ventas por 7.5 mil millones de dólares, enviaron a su vez una carta a altos funcionarios estadounidenses en la que externan su “seria preocupación” por el retraso que hay en el cruce de mercancías.

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