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La corrupción afecta a tres de cada cuatro empresas en México, lo que se ha vuelto un tema de preocupación, expuso el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis semanal, el organismo consideró que este problema tiene que ver con la mala regulación o el exceso de trámites, porque se asocian a ineficiencias de las instituciones públicas y que causan retrasos en la atención de los negocios y fomentan la corrupción.
Destacó que las principales manifestaciones de este fenómeno se reflejan en pagos para agilizar trámites y evitar multas o clausuras de establecimientos.
Añadió que los retrasos en la atención o la excesiva regulación fomentan pagos irregulares o tráfico de influencias para agilizar los procedimientos o trámites, lo que genera costos innecesarios y provoca que grupos de interés se apropien de actividades que corresponden al Estado.
El CEESP consideró preocupante que la percepción de más corrupción se registre en ciudades con fuerte actividad económica, como Ciudad de México, Mexicali, Juárez, Chihuahua, Torreón, Saltillo y San Luis Potosí.
La Encuesta Nacional de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental en Empresas, que dio a conocer la semana pasada el Inegi, mostró una baja en la percepción de actos de corrupción entre servidores, al disminuir de 82.2% en 2016 a 71.5% en 2020.
El organismo consideró que si bien se muestra una reducción del problema, lo que también se observa es que casi tres cuartas partes de los encuestados sufren de esta situación.
“Aunque las autoridades afirman que se ha tenido importantes avances en materia del combate a la corrupción, la verdad es que en México persisten altos niveles de corrupción en la cotidianeidad, lo que limita un buen entorno de negocios, particularmente para las mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas), e inhiben la inversión”, expuso.
Para el organismo empresarial es necesario que se atraigan inversiones privadas al sector privado, pero para ello es crucial un “marco regulatorio eficiente, que agilice los trámites y evite costos innecesarios a las empresas”.
“Es clara la relación positiva entre un marco regulatorio de calidad, no de mayor regulación, y el crecimiento económico. A mayor calidad regulatoria más crecimiento”, destacó el CEESP.