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Si bien el gobierno trabaja en conjunto con la iniciativa privada para tener una nueva política industrial, sin respaldo ni presupuesto no pasará del discurso, afirmó el candidato de unidad a la presidencia de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), José Antonio Centeno Reyes.
En momentos en que diversos organismos de la iniciativa privada y las autoridades realizan ajustes sobre esa materia, el próximo representante de las empresas manufactureras dijo que se necesitará que los planes gubernamentales de impulso a la industria estén incluidos en el presupuesto federal.
“Se ha estado trabajando en conceptualizar lo que la industria requiere, y yo digo que conceptualmente todos sabemos lo que se necesita, todo está sobrediagnosticado. Todos sabemos cómo impulsar a la industria, pero lo cierto es que una política que no trae respaldo ni presupuesto es demagogia. Necesitamos que esta política industrial esté en el presupuesto”, señaló en entrevista con EL UNIVERSAL.
Centeno Reyes, licenciado en Derecho y director general de Biomédica Mexicana, tomará posesión como presidente de Canacintra este 11 de marzo.
Explicó que la política industrial debe asociarse a la seguridad, costos de energéticos, logística, inversiones en energía, ampliación de puertos, entre otra serie de medidas que inciden en la competitividad, y que generan políticas de impulso y encadenamiento productivo.
Sobre la relación con el gobierno, afirmó que como líder empresarial no puede renunciar al diálogo con las diferentes instancias del sector público.
Asimismo, reconoció que debe mantenerse como interlocutor, pero a la vez denunciar problemas como la inseguridad, la corrupción, el exceso de regulación y las preocupaciones que les genera a los hombres de negocios aspectos como la propuesta de reforma energética planteada por el Ejecutivo federal.
Respecto a la iniciativa para cambiar el marco legal del sector energético, afirmó que la Canacintra está a favor de fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), pero también les preocupan aspectos como el costo de garantizar la electricidad, la certeza jurídica, el Estado de derecho y la afectación a las finanzas públicas.
Asimismo, un tema importante sería el de las indemnizaciones a las empresas, en caso de que se incurra en incumplimientos o en violaciones a lo pactado en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“Lo que nos preocupa de la reforma son las consecuencias que pueda tener en los distintos rubros, que tenga efecto nocivo en cuanto a los costos de los energéticos. Si, derivado de la reforma, se incrementan ineficiencias en costos de producción, esto se va a ver reflejado en el costo que pagan los consumidores. El costo energético impactaría en la productividad y competitividad de las empresas”, subrayó.
Diálogo, indispensable
Hay que mantener un diálogo abierto con el gobierno, reiteró, así como tender los puentes para mantener la comunicación, destacó Centeno Reyes.
Con base en ello, se logrará “informar qué es lo que nos duele, qué necesitamos, qué es lo que la industria requiere para generar empleos, dónde hay complicaciones, denunciar actos de corrupción, señalar donde están trabas regulatorias. Esto solamente se logra en un diálogo abierto, permanente y de manera respetuosa”.
Agregó que se tiene que trabajar en los objetivos comunes y en las coincidencias con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque de lo contrario no funcionará un intercambio de ideas en medio de la polarización.
“Nosotros no podemos renunciar al diálogo, porque dejamos de ser interlocutores de nuestros representados o afiliados. Si nos levantamos de una mesa de negociación y dejamos de dialogar, ¿cómo podríamos ser representantes de los intereses de nuestros afiliados?”, subrayó.