La inversión física, uno de los principales motores económicos del país, repuntó durante el segundo trimestre del año, alcanzando un valor récord, impulsada por la obra pública y el proceso de relocalización de las cadenas productivas (nearshoring), revelaron datos del Inegi.
La formación bruta de capital fijo (inversión física) observó un aumento de 6.5% durante el segundo trimestre de 2023 respecto al periodo inmediato anterior, el incremento más alto desde los últimos tres meses de 2020, con lo que su valor se ubicó en su mayor nivel desde que inició su registro en el primer trimestre de 1993.
Llaman la atención las tasas elevadas de la inversión privada de los últimos tres trimestres, de 5.3%, 6.9% y 6.5%, respectivamente, para cada trimestre respecto al anterior, comentó Jona- than Heath, subgobernador del Banco de México, en su cuenta de X, antes Twitter.
El impulso de la inversión física proviene principalmente del efecto del nearshoring sobre los espacios industriales y el gasto gubernamental en proyectos de infraestructura. En este contexto, la construcción no residencial ha sido el rubro más favorecido, con una variación anual acumulada de 38.3% en el primer semestre del año.
Por su parte, la inversión del sector público repuntó 5.1% entre abril y junio pasados, luego del retroceso de 3.2% reportado de enero a marzo. En opinión de especialistas de Banorte, el gasto gubernamental en obra aún tiene espacio para seguir su expansión en lo que resta del año.
Destacan dos inversiones públicas que continuarán impulsado el rubro: el Tren Maya y obras satélite (seis hoteles, dos parques, talleres de mantenimiento, etcétera), así como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), lo cual también estimulará la inversión privada.
De acuerdo con datos del CIIT, a junio de este año se contaba con 52 proyectos con carta de intención que se traducen en 4.5 mil millones de dólares en gasto esperado. Banorte no descarta que este monto pueda aumentar, impulsado por el decreto del gobierno federal a inicios de junio donde se establecen incentivos fiscales para las empresas que inviertan en el proyecto.
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Oferta y demanda
En términos generales, la oferta y demanda agregada del país crecieron 1.3% entre abril y junio pasados, con lo que acumulan 12 trimestres consecutivos al alza.
Dentro de la demanda, el consumo privado reportó un crecimiento trimestral de 1.0%, mientras que el consumo del gobierno aumentó 0.9%, con lo que liga dos trimestres en terreno positivo.
Sobre el consumo, los analistas de Banorte anticipan un crecimiento ligeramente por debajo de lo observado en la primera mitad del año, con las ganancias acumuladas actuando como una base retadora.
Además, mantienen cierta cautela sobre las renovadas presiones inflacionarias. No obstante, la fortaleza en el mercado laboral y otros fundamentales para el consumo seguirán impulsando al sector.
Sin embargo, no todos los componentes de la demanda tuvieron un desempeño positivo, señalaron. Las exportaciones de bienes y servicios cayeron 3.1% en el segundo trimestre del año respecto al periodo inmediato anterior, relacionado con el menor dinamismo de las compras desde Estados Unidos.