De acuerdo con estadísticas del , en México hay 126 millones 14 mil 24 habitantes, de los cuales más de la mitad (51.3%), es decir, 64 millones 540 mil 634 personas, son mujeres.

En los últimos años, muchas mujeres han alcanzado su independencia económica, lo cual les ha dado un mayor empoderamiento.

Datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) muestran que el talento de las mexicanas se desaprovecha, pues, en su opinión, el tamaño de la economía del país sería 15% mayor si se suman 8.2 millones de mujeres al mercado laboral para 2030.

De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ( CNBV ), en su Panorama anual de inclusión financiera 2021, con cifras al cierre de 2020, este segmento de la población ha mejorado su panorama en el uso y adquisición de diversos productos financieros.

Tener cuentas de captación y tarjetas de débito son sólo algunos productos que las mujeres han logrado usar cada vez con mayor frecuencia.

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En 2020 se registró una brecha de género de distribución en cuentas de captación de 2.7 puntos porcentuales a favor de las mujeres, con 65.9%.

El documento refiere también que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2018, elaborada por el Inegi, el nivel escolar de licenciatura o más registró el mayor porcentaje de la población que ahorró en una cuenta, con 46% para hombres y 37% para mujeres, así como también para el caso del porcentaje de la población que usa su tarjeta de crédito, con 92% para hombres y 88% para mujeres.

El análisis de la CNBV menciona también que ahorran menos en una cuenta y que usan menos su tarjeta de crédito, mientras que para su vejez prevén depender de apoyos del gobierno.

Además, registran una desventaja frente a los hombres en materia de créditos hipotecarios contratados, con un porcentaje de 38% para ellas, contra 62% para el género masculino.

De acuerdo con la revista Proteja su dinero de la Condusef, la adquisición y uso adecuado de productos y servicios financieros, además del fomento de la educación financiera, son herramientas que ayudan a reducir la brecha de género.

Tarjetas

Algunos de los productos que en la actualidad se ofrecen para las mujeres son la tarjeta de crédito Mujer Banorte y el plástico Santander FlexCard.

La de Banorte ofrece pagos a seis meses sin intereses en servicios médicos como clínicas, hospitales y laboratorios. Cuenta con seguros médico y de servicios sin cargo extra, y su cobertura abarca enfermedades graves de la mujer (cáncer de mama y cervicouterino), cobertura de parto natural, entre otros.

Con anualidad de 930 pesos, pide que la usuaria sea mayor de 18 y menor de 64 años, con ingresos de 12 mil pesos al mes y antigüedad mínima de un año en su empleo.

El producto de Santander permite acumular puntos, diferir la anualidad a seis meses sin intereses y proteger compras. Para obtenerla piden una edad entre 20 y 69 años y comprobar un ingreso mínimo de 2 mil pesos al mes.

Seguros

Asimismo, existe la opción de contratar un seguro. Algunos de los que existen en el mercado para mujeres son, en cobertura de gastos médicos, Protección Médica Mujer, de Santander, y Protégela, de Mapre México. Como parte de sus beneficios, ambos ofrecen indemnización por cáncer, un mal muy recurrente entre las mujeres.

Entre las pólizas de vida que la Condusef destaca están MetLife Mujer y Vida Mujer, este último de Seguros Monterrey. Además de presentar la cobertura en caso de faltar, lo interesante de estos productos está en que ambos ofrecen esquemas de ahorro.

Condusef también destaca que, si bien “la educación económico-financiera es una poderosa herramienta, indispensable para una buena toma de decisiones y el uso eficiente de nuestros recursos, es necesario fortalecer los conocimientos en estas materias y también transmitirlas a nuestras hijas”.