Realizar una predicción sobre el crecimiento de la economía de un país es una tarea muy compleja, ya que implica analizar un número de indicadores que se interrelacionan y cuyo comportamiento suele ser incierto, lo que puede afectar las estimaciones. La importancia de las previsiones que analistas y organismos exponen radica en su impacto sobre la formación de expectativas, sobre la confianza y en las decisiones de inversión y consumo que los agentes económicos toman. Al inicio de 2024, las predicciones son mucho más optimistas que las que se tenían a esta altura en 2023; sin embargo, apuntan a un menor crecimiento respecto al cierre del año pasado, lo que conlleva a valorar con cuidado estos primeros pronósticos.
Cuando revisamos las razones de porqué la economía creció más de lo esperado a principios de año, se observa por un lado que el gasto público en las obras impulsadas por el gobierno incentivó la inversión privada y por otro la resiliencia del consumo impulsado por los recursos extraordinarios en forma de transferencias de los programas sociales y las remesas recibidas. En el segundo trimestre, específicamente abril y mayo, se observa un cambio de dinámica económica, donde la formación bruta de capital fijo recibe un crecimiento muy grande, pasando de 13% anual en el primer trimestre a 20% en el segundo y 25% en el tercero, provocado principalmente por los aumentos de inversión en construcción no residencial, que pasó de 12% anual en el primer trimestre a 45% en el segundo, impulsada por el gasto del gobierno y por la construcción de espacios industriales.
El punto de inflexión de igual manera se observa en el consumo, a partir de mayo el crecimiento pasó de un ritmo de 2.9% a uno de 4.2% anual, tendencia que se mantuvo en el resto del año. Sin duda estos comportamientos influyeron en las posteriores previsiones de los analistas, las cuales se fueron adaptando a lo largo del año.
De acuerdo con las expectativas de las analistas presentadas mes a mes por Banxico, se observa un drástico cambio en la tendencia de estas a partir del segundo trimestre de 2023, pasando de promedios de 1.0% para terminar por debajo de 3.5% de crecimiento anual. Es importante destacar que uno de los factores que influyeron en el bajo entusiasmo al principio de año, fue la perspectiva casi generalizada de que la economía estadounidense tendría un magro desempeño e incluso podría caer en recesión, ciertamente la demanda externa tiene un peso importante en el comportamiento de la economía nacional, pero el mercado interno demostró ser más entusiasta.
Respecto a las perspectivas de 2024, como apuntamos, son notablemente superiores a las de principios de 2023. Según la encuesta de Banxico de enero se espera un crecimiento de 2.5% en 2024, una clara ventaja al iniciar el año. Destaca que estas perspectivas concuerdan con las de organismos internacionales como el Banco Mundial, la OCDE y el Fondo Monetario Internacional, que estiman crecimientos de 2.6%, 2.5% y 2.7%, respectivamente, para nuestro país. En Consultores Internacionales, S.C. estimamos que el PIB de México para 2024 crecerá entre 2.4% y 2.8%.
En este contexto, resalta que las expectativas para Estados Unidos, un factor vital en la economía mexicana, tenga una mejor perspectiva respecto al año pasado. Luego de que la economía estadounidense creciera 2.5% en 2023, en Consultores Internacionales, S.C. estimamos que avanzará entre 1.6% y 2.0% en 2024. El Banco Mundial estima para 2024 un crecimiento de 1.6%; más entusiasta en este sentido se muestra el FMI, que estima una expansión de 2.1% para nuestro principal socio comercial.
De igual forma, gracias a fenómenos como la relocalización, cuyas inversiones se espera empiecen a concretarse, en combinación con las remesas que seguirán llegando, el crecimiento para 2024 en nuestro país puede rebasar las estimaciones. Hay condiciones para ello, no dejemos de trabajar.
Presidente de Consultores Internacionales, S.C.