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Las señales del desempeño de la economía mexicana al inicio del segundo trimestre del año fueron débiles, de acuerdo con los resultados del sistema de indicadores cíclicos que elabora el Inegi.

Dicho sistema está conformado por dos componentes: El indicador coincidente refleja el estado general de la economía; mientras que el adelantado busca señalar con anticipación los puntos de cambio del indicador coincidente, con base en la información con la que se dispone de sus componentes a una fecha determinada.

Luego de cinco meses consecutivos al alza, el indicador coincidente registró un retroceso de 0.01 puntos en abril respecto al mes anterior para ubicarse en los 99.9 unidades, manteniéndose por debajo de su tendencia de largo plazo (los 100 puntos), situación en la que se encuentra desde julio del año pasado.

Por su parte, el indicador adelantado se ubicó en mayo de 2018 por arriba de su tendencia de largo plazo al observar un valor de 100.1 puntos, pero reportó una disminución de 0.12 puntos con relación a abril pasado, con lo que acumula cuatro meses consecutivos a la baja.

Con la nueva información el indicador coincidente modificó la trayectoria ascendente que observó en los últimos meses, mientras que el indicador adelantado presentó una disminución mayor a la reportada el mes previo.

Ambos indicadores reportan tendencias similares, por lo que las señales de una recuperación al inicio del segundo trimestre continuaron siendo débiles.

De acuerdo con los datos más recientes del Indicador Global de Actividad Económica (una especie de PIB mensual), en abril pasado la economía mexicana reportó un crecimiento mensual de 1.4%, la tasa más baja desde enero de este año.

De los seis componentes que integran el indicador coincidente, tres reportaron un retroceso en abril respecto a marzo. Entre estos componentes destaca la actividad industrial, el Indicador Global de Actividad Económica y el número de trabajadores permanentes asegurados ante el IMSS.

Por el contrario, los componentes del indicador coincidente que reportaron mejora en abril fueron la tasa de desocupación urbana, el índice de ingresos por suministro de bienes y servicios al por menor, así como monto de importaciones totales.

En el caso del indicador adelantado, cinco de sus seis componentes registran retrocesos en mayo, entre los que se encuentran la tendencia del empleo en las manufacturas, el indicador de confianza empresarial del sector manufacturero, en particular por lo que se refiere a si este es el momento adecuado para invertir, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores en términos reales, la tasa de interés interbancaria de equilibrio, así como el índice bursátil Standard & Poor’s 500. El único indicador que tuvo un comportamiento positivo fue el tipo de cambio real bilateral, México-Estados Unidos.

Por otra parte, de acuerdo con las proyecciones más recientes de los especialistas del sector privado, el crecimiento durante el segundo cuarto del año se estima que haya sido alrededor de 2.6%, superior al 2.3% alcanzado en el primer trimestre del año, pero inferior al 3% reportado un año antes, con base en cifras ajustadas por estacionalidad.

Entre los principales factores que de acuerdo con los analistas podrían afectar el desempeño económico de México se encuentran la incertidumbre política interna (19% de las respuestas), política de comercio exterior (17%), problemas de inseguridad pública (14%), falta de Estado de derecho (8%) y la impunidad (5%).

Tomando en cuenta lo anterior, en la medida que se disipe la incertidumbre sobre el rumbo que tomará el nuevo gobierno de México y la situación de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), dos de los principales lastres, es probable que las expectativas del desempeño de la economía tiendan a mejorar en la segunda mitad del año.

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