En el contexto de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está obligada a utilizar combustóleo producido por Petróleos Mexicanos (Pemex).
Después de que ambas empresas estatales firmaron un acuerdo de colaboración para el intercambio de combustóleo por gas natural, mecanismo aprobado por el Consejo de Administración de Pemex el pasado 2 de diciembre de 2020, la CFE ayudará a la petrolera a desalojar el combustóleo que producen sus refinerías y que le está causando serios problemas operativos, mientras que Pemex dispondrá de gas natural que comercializa la eléctrica para satisfacer sus necesidades y cumplir los compromisos contractuales, como el abasto de etano a la brasileña Braskem.
El dato sobre los volúmenes de combustóleo y gas que ambas empresas intercambiarán está reservado por tratarse de un “secreto comercial”.
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Por lo pronto, la CFE trabaja en una estrategia para utilizar un Sistema de Control de Emisiones a la Atmósfera (SCEA), que ha venido usando desde hace 11 años en las centrales de Punta Prieta, Baja California y Mazatlán II, en Sinaloa, con el fin de solucionar la contaminación ambiental que originalmente producían estas centrales debido al empleo de combustóleo.
La empresa eléctrica evalúa replicar este proceso en todas las centrales termoeléctricas convencionales como una puerta de salida al combustóleo que produce Pemex y cuyos volúmenes irán incrementándose con los procesos de rehabilitación de las diversas refinerías.
De esta forma evitará que esas centrales eléctricas contaminen y que no sancionen a México los socios comerciales de América del Norte por los compromisos medioambientales inscritos en el T-MEC.
Incluso el pasado miércoles, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) planteó que 60% de la contaminación del área metropolitana de la Ciudad de México es por el combustóleo empleado por la termoeléctrica de Tula, Hidalgo.
En el caso de Pemex, explicaron fuentes del sector, podrá desalojar grandes volúmenes de combustóleo de sus refinerías, productos contaminantes que pocos desean utilizar por las nuevas restricciones ambientalistas en el mundo y que a la fecha le generan pérdidas millonarias a la petrolera.
La empresa ya preveía un “tsunami de combustóleo”, tal y como lo publicó EL UNIVERSAL el pasado 15 de octubre de 2019.
El problema con la abultada producción de este petrolífero es que hay pocos clientes dispuestos a utilizarlo, genera problemas en el funcionamiento de las refinerías que al final tiene problemas para deshacerse de él y sus inventarios crecen rebasando incluso la capacidad de almacenamiento y obligando a paros no programados de los complejos refinadores.
Tras aparecer entre las 20 empresas más contaminantes del mundo, Pemex viene enfrentado el reto de utilizar al máximo la capacidad de las seis refinerías que opera, como comprometió esta administración, pero al ir incrementando los niveles de procesamiento de petróleo crudo, la producción de combustóleo aumentó.
Actualmente, Pemex está produciendo más combustóleo —considerado como basura— que gasolinas.
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En enero de este año, produjo 230.9 mil barriles diarios de combustóleo, un nivel por arriba de las gasolinas que se distribuyen en el país, que suman 221 mil barriles diarios.
Al mismo tiempo recibirá gas natural de la CFE, una parte del cual será utilizado para sus propios procesos y otra para dar cumplimiento a los contratos de suministro que tiene vigentes hasta ahora.