En lo que va del actual sexenio, el costo de la canasta alimentaria se disparó 40%, como resultado del alza de frutas, huevo, aceite, pollo y productos elaborados con trigo y maíz, revelan los datos más recientes publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La repercusión de este incremento es que limita el avance en la reducción de la pobreza extrema por ingresos en el país.
“Es un ancla tremenda que limita la capacidad de superar la pobreza, sin duda”, comentó en entrevista John Scott, investigador académico del Coneval.
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La canasta alimentaria es el conjunto de bienes comestibles básicos para una persona, cuyo valor monetario sirve para construir la línea de pobreza extrema por ingresos, así como para calcular el porcentaje de la población en pobreza laboral, es decir, personas con un ingreso inferior al costo de esos artículos.
El valor monetario de la canasta alimentaria en la zona urbana reportó un alza de 39.1% de noviembre de 2018 a abril de 2023, al pasar de mil 562.69 pesos a 2 mil 173.93 pesos al mes por persona, y en las zonas rurales repuntó 40.6% en el mismo lapso de 56 meses, de mil 185.71 pesos a mil 666.91 pesos.
Si se comparan los niveles de la inflación general con los datos de la alimentaria, arrojan que el segundo caso está muy por encima del dato general. Eso quiere decir que la carestía le pega más duro a la población de menos ingresos que a la de ingresos medios y altos, advirtió Scott.
En lo que va del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el encarecimiento de la canasta alimentaria rural y urbana ha sido superior a la inflación general, que en dicho periodo asciende a 25.5%.
Aun cuando el salario mínimo ha reportado un importante aumento de 134.8% en el sexenio, para ubicarse en 6 mil 223.2 pesos al mes, es insuficiente para cubrir el precio de una canasta alimentaria para una familia de cuatro miembros, cuyo valor es de 8 mil 695.72 pesos, es decir, 39.7% arriba del mínimo.
Precios por los cielos
Entre los productos de la canasta alimentaria en la zona urbana que han reportado un mayor incremento en sus precios en lo que va de esta administración destacan las frutas frescas como el limón y naranja, con alzas de 181.4% y 118.3%, respectivamente, así como el plátano tabasco, con 71.27%, y el huevo, 83.6%.
Entre los productos afectados por el alza del precio internacional del trigo sobresalen la pasta para sopa, con un aumento de 64.2%; pan blanco (bolillo, telera, baguette, etcétera), 58.7%; pan para sándwich, hamburguesa, hot dog y tostado, 57.2%.
En los derivados del maíz, el precio de la tortilla fue el que más se encareció, en 50.5% durante esta administración.
“Estos aumentos deterioran el bienestar de las familias más pobres del país, porque tienen que sustituir muchos de estos bienes para sobrevivir. Por ejemplo, reemplazar el consumo de una proteína como el atún o el pollo por otro tipo de alimento más económico, pero menos rico en nutrientes”, explicó Raymundo Tenorio, profesor emérito del Tec de Monterrey.
El principal deterioro del encarecimiento de los productos que comprenden la canasta alimentaria se ve reflejado en una disminución del bienestar de la calidad alimentaria de la gente, que tiene que ver con fuentes de salud como la proteína y carbohidratos, entre otros, agregó.
La pobreza laboral en el tercer trimestre de 2022 llegó a 40.11% de la población, para disminuir a 38.49% en los últimos tres meses del año pasado, a pesar de la alta inflación, lo que se debió a la recuperación del mercado laboral, que ayudó a fortalecer el ingreso de las familias, explicó John Scott.
Estimó que, para el primer trimestre de 2023, el porcentaje de la población en esa condición volverá a disminuir, como ha sucedido al inicio de los últimos años, debido al aumento de los salarios mínimos, que este año fue de 20%.
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