La Cumbre de las Américas inicia este lunes, aunque desde su creación ha fracasado en ampliar el libre comercio en el continente, opinan expertos.
En 1994, cuando se celebró la primera cumbre, México compró y vendió mercancías con los países de América por 116 mil millones de dólares y significó 82% de su comercio total, de acuerdo con información del Banco de México (Banxico).
A 28 años de distancia, la nación intercambia productos con el continente por 687 mil millones de dólares, pero la participación americana se redujo a 69%, la menor desde los años 80.
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Eso se debe a que el comercio con América crece a menor velocidad que con Asia, que gana mercado no sólo en México, sino en todo el continente, explica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En 1994, México comerciaba bienes con Asia por 11 mil millones de dólares y equivalía a sólo 8% de sus transacciones totales, pero el año pasado la cifra llegó a 223 mil millones y la participación asiática casi se triplicó a 22%, la más alta en la historia.
México ha tenido como principal socio a Estados Unidos, cuyos lazos lograron su mayor alcance a finales del siglo pasado, cuando la participación fue de 81% y llevaba apenas unos años en operación el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sin embargo, el comercio con la Unión Americana se comenzó a expandir más lento a principios del siglo XXI y su participación llegó a 62% el año pasado, la menor tasa de las últimas tres décadas. En cambio, el intercambio con China creció a mayor velocidad, a pesar de que no hay ningún tratado de libre comercio de por medio.
En sus orígenes, la Cumbre de las Américas impulsó la creación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que finalmente no se materializó, pero buscaba contribuir a la integración económica en el continente, por considerar esencial el libre comercio para “enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”.
Una de las declaraciones de los líderes de los países que integran la cumbre fue que la expansión de los flujos comerciales y el intercambio de productos sin subsidios ni prácticas desleales beneficiaría a América.
El especialista en comercio y parte del equipo negociador del gobierno de México para el TLCAN, Jorge Molina, dijo que, para las naciones americanas, “el país más deseado ha sido Estados Unidos”, pero los estadounidenses no están interesados en integrarse con América Latina.
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“El presidente Bill Clinton trató de negociar el famoso ALCA, pero por problemas políticos o ideológicos de Brasil, Venezuela y países caribeños, no se logró la estrategia de integración y ya no ha habido otro intento”, comentó a EL UNIVERSAL.
Además del T-MEC, México tiene acuerdos con varios países del continente, como el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica, que integra a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
También se encuentra la Alianza del Pacífico, con Colombia, Chile y Perú, así como un acuerdo comercial con Panamá y Uruguay.
Además, el país cuenta con convenios de alcance parcial, como los Acuerdos de Complementación Económica con Argentina, Brasil, Ecuador, Cuba, Bolivia y Paraguay.
“México tiene acuerdos con países latinoamericanos para las empresas que no pueden exportar al mercado estadounidense, pero los convenios se han desaprovechado por las barreras comerciales que generan países como Brasil y la falta de infraestructura para llevar los productos”, expuso Jorge Molina.
La Cepal señala que América tiene bajos niveles de comercio intrarregional, debido a que los acuerdos vigentes han sido insuficientes para frenar la participación de Asia.
En particular, México compró y vendió mercancías con los países de América Latina por un valor de 43 mil millones de dólares el año pasado y significó apenas 4% de su comercio total, la misma tasa que en 1994.