Con la misión de garantizar seguridad y transparencia en el mercado de autos seminuevos en México, Kavak fue fundada en 2016 en una industria en la que, de acuerdo con datos de la compañía, el 80% de la compra y venta de vehículos usados se realiza en la informalidad, lo que ha tenido como consecuencia que el 40% de las transacciones que se hacen entre particulares registren algún tipo de fraude.
La enorme aceptación del producto Kavak, permitió a la empresa, en tan solo 6 años de operación, expandirse a 10 países y alcanzar un valor de mercado de 8.7 mil millones de dólares, convirtiéndose en el primer unicornio mexicano y en la startup de mayor valuación de Latinoamérica. Sin embargo, mientras la compañía rompía hitos de crecimiento, diversas quejas de clientes comenzaron a hacer eco, poniendo en duda la credibilidad del modelo de negocio y la estabilidad de la compañía.
Tras 8 meses de retomar las riendas de la operación en México, Carlos García Ottati, CEO y fundador de Kavak, en entrevista con El Universal, afirmó que la compañía ha atravesado por una etapa de transformación profunda, en la que durante los últimos 6 meses, la empresa se enfocó en analizar y entender de las necesidades de sus clientes, para centrar todas sus iniciativas en mejorar su experiencia.
“Kavak creció en 10 veces su tamaño en los últimos 2 años, pasamos de ser una empresa mediana, a ser una trasnacional con operación en 10 países. Crecimos muy apresuradamente, pero también maduramos y obtuvimos aprendizajes con los que pudimos construir una infraestructura sólida, que nos permitiera seguir creciendo, y servir cada vez mejor a nuestros clientes”, afirmó García Ottati, CEO de Kavak.
Sin embargo, y a pesar de contar con una experiencia de cliente que su fundador asegura “está en su mejor momento”, el empresario señaló que su compañía seguirá obsesionada con resolver los grandes problemas de la industria: erradicar el fraude, y ampliar el acceso al financiamiento.
Una cruzada contra el fraude
“La idea de construir Kavak se me ocurrió cuando yo mismo fui afectado personalmente por la informalidad del mercado. En ambas ocasiones, cuando traté de vender y comprar un auto usado, pasé por un proceso fraudulento, y me di cuenta de que en ninguno de los casos existía a quién poder reclamar. Kavak aún está en fase de aprendizaje y desarrollo, pero al menos ya ofrece un proceso de compra y venta formal donde siempre damos la cara.”, indicó Ottati.
“Hoy cuando la gente compra un auto en Kavak, se garantiza que no va a sufrir un fraude, y si algo malo sucede durante esa transacción, responderemos. Antes no había nadie que hiciera eso, tú podías comprar un carro con un particular; en un lote o en cualquier lugar, y en la mayoría de los casos nadie daba la cara”.
“Desde Kavak hemos trabajado en conectar la tecnología con gobiernos, aseguradoras, e incluso, a través de analizar con inteligencia artificial los hábitos de los usuarios, trabajamos en métodos para prevenir el fraude. Anteriormente, no había un nivel de investigación que pudiera ser utilizado en mercados a gran escala. Lo que estamos construyendo no tiene precedentes en la industria de vehículos en México”, añadió García Ottati.
Generando acceso
Para el CEO de Kavak, la otra mitad de la batalla se encuentra en romper las barreras del financiamiento, ya que “en México, debido a las altas tasas de fraude, las instituciones no toman el riesgo de financiar autos seminuevos, por lo que menos de 5% de las transacciones reciben financiamiento, provocando que apenas 1 de cada 10 personas pueden tener acceso a la compra de automóvil”.
De acuerdo con Carlos García Ottati, “esta realidad contrasta con la de mercados desarrollados, en donde en países como Estados Unidos, 90% de las transacciones reciben financiamiento, y 7 de cada 10 personas han podido acceder a la compra de un automóvil seminuevo”.
Para ofrecer una solución a esta problemática, Kavak construyó su propia infraestructura para aumentar el acceso a financiamiento, pero con la visión de que no solo “las personas en condiciones favorables pudieran tener este acceso, sino todos aquellos que lo necesitaran”.
“Actualmente financiamos más de 70% de nuestras ventas, pero más importante que eso, es que más del 40% de nuestros clientes están comprando un coche por primera vez en su vida, y este es de los datos que más nos motiva, porque no solo trabajamos para que la experiencia sea sin riesgos y con una empresa que da la cara, sino porque también trabajamos en crear economía y en impulsar al país”.
“Nosotros creemos fielmente que cuando tú compras un auto, tus ingresos, tu poder adquisitivo, y tu vida, en términos generales, mejora. La diferencia que experimenta una persona que pasa horas en el transporte público, a cuando ya tiene un auto es enorme, y eso lo hemos comprobado cuando analizamos los datos. De una muestra significativa de clientes que compraron su auto por primera vez en Kavak, luego de 18 meses, el 50% de ellos había logrado aumentar de forma exponencial sus ingresos”, afirmó García Ottati.
Un activo que falla con el tiempo
De acuerdo con el fundador de Kavak, parte de las lecciones que aprendieron a lo largo de su historia, es que hay dos cosas seguras en el mundo “la muerte, y que un auto va a fallar”.
“Yo entré en esta industria siendo muy ingenuo. Con un sueño de erradicar el fraude, comprar y vender todos los tipos de auto, inspeccionarlos, reacondicionarlos y dar acceso a financiamiento. La apuesta funcionó porque crecimos muy rápido, pero aprendimos que independientemente de cuántas reparaciones hiciéramos, los carros en algún momento iban a fallar”.
“Con el crecimiento que tuvimos, pudimos observar que siempre había un pequeño porcentaje de clientes a los que el carro les iba a fallar, y aprendimos que teníamos que estar preparados para ese momento. Es imposible evitar la falla, pero lo que sí es posible, es estar allí para acompañar al cliente cuando nos necesita”.
Un problema no resuelto
A pesar de que la compañía sentó las bases de una nueva industria automotriz, Carlos García Ottati, CEO de Kavak, afirma que apenas se encuentran escribiendo el prólogo de su historia.
“Anteriormente, si ocurría algún inconveniente en la compra o venta de un auto usado, había muy poco que se pudiera hacer al respecto. Ahora, hay un lugar a donde se puede acudir, y hay una empresa que atiende el problema y que da seguimiento a cada caso. Eso ya es un cambio en el mercado, porque ahora la gente puede elegir dónde y cómo transaccionar, sin embargo, aunque saliéramos a disrumpir una industria y a resolver un problema, estas deficiencias siguen existiendo”.
“El fraude sigue en el mercado, el poco acceso a financiamiento sigue presente, y los carros van a seguir fallando. La gente está muy motivada y hay mucha expectativa en nuestro producto, pero hasta que no podamos resolver estos problemas, no podremos hablar de un cambio profundo en la industria”.
“Sin embargo, apenas estamos escribiendo el prólogo de nuestra historia, y si en solo seis años hemos logrado sentar las bases de una nueva industria, con los aprendizajes que hemos obtenido, y la infraestructura y el equipo que hemos construido y la integración de la Inteligencia Artificial en nuestros procesos lo único que puedo asegurar, es que los siguientes años van a ser muy emocionantes y prometedores”, puntualizó Carlos García Ottati.