En México, la pérdida de la movilidad social laboral causada por la pandemia de Covid-19 afectó principalmente a las personas menores de 25 años y se acentuó durante el primer trimestre de 2021, revela el informe de Movilidad Social en el Mercado Laboral del Centro de Estudios Espinoza Yglesias (CEEY).

Si bien para el segundo trimestre de 2022 los indicadores de movilidad laboral se observan en niveles semejantes a los previos a la pandemia , los especialistas advierten que hay efectos sobre el bienestar de las futuras generaciones que solo se podrán observar en el largo plazo.

De acuerdo con sus estimaciones, la población entre 15 y 24 años es quien suele tener menor permanencia en un empleo remunerado al inicio de la pandemia, entre el primer trimestre de 2019 y el mismo periodo de 2020, el porcentaje de personas menores de 25 años que salieron de la Población Económica Activa (PEA) pasó de 25.8 % a 56.9 %.

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Esta proporción regresó a sus niveles prepandemia en la segunda mitad de 2020, pero repuntó en el primer trimestre de 2021, provocando que las personas menores de 25 años tuvieran una menor permanencia en el empleo remunerado. La caída registrada para el primer trimestre de 2020 fue de 65.2% a 36.2% en comparación con el mismo periodo en 2019.

La movilidad laboral tiene múltiples dimensiones, entre ellas el acceso a los servicios de salud asociados con el trabajo formal. De acuerdo con el CEEY , la pérdida de acceso a servicios de salud fue general al inicio de la pandemia, pero impactó en mayor medida a la población menor de 25 años.

Entre el primer trimestre de 2019 y el mismo periodo de 2020, la proporción de personas que mantuvo u obtuvo acceso a los servicios de salud en virtud de su empleo se redujo de 24% a 13.5%.

En cuanto al indicador de movilidad neta del ingreso, es decir, la diferencia entre el índice de los que ascienden y los que descienden, se encontró que las personas entre 25 y 44 años son quienes presentan más movilidad y menos afectación por la pandemia.

Mientras que el grupo con menor movilidad es el de 45 a 64 años, siendo el grupo de población que tuvo la segunda mayor reducción en este indicador.

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Las personas de 15 a 24 años registraron uno de los mayores descensos en su indicador de movilidad neta el primer trimestre de 2020, sobre todo en el mismo periodo de 2021.

Costos en bienestar se verán a largo plazo

El informe destaca que para el segundo trimestre de 2022 los indicadores no monetarios de movilidad laboral se encuentran ya en niveles semejantes a los previos a la pandemia.

Sin embargo, afirma que el restablecimiento de los indicadores de movilidad en el mercado laboral no significa que los costos en bienestar incurridos durante la pandemia hayan sido recuperados o que fueran poco significativos.

Por ejemplo, los indicadores laborales regresan a niveles que muestran una baja movilidad o incluso negativa. Además, la movilidad en el mercado de trabajo no muestra los costos en bienestar de largo plazo en aspectos clave de la vida de las personas, como el acceso a los servicios de salud no asociados al trabajo formal en 2020.

Tampoco pueden observar la pérdida de años de educación efectiva en los niños en edad escolar. Por lo que se recomienda complementar el análisis del panorama del mercado de trabajo con otros indicadores no laborales.

Finalmente, aclara que hay efectos sobre el bienestar de las futuras generaciones que sólo se observarán en el muy largo plazo, como las secuelas del Covid-19 o de padecimientos que no fueron adecuadamente atendidos por el sistema de salud durante la pandemia, así como la deserción escolar . Y advierte que esto podría verse reflejado dentro de algunos años, a través de una fuerza de trabajo menos productiva que tenga por ello menos remuneraciones.

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vcr/mcc

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