Los mercados financieros emitieron este miércoles una señal de alerta sobre las perspectivas económicas para Reino Unido y Estados Unidos.
Se trata del indicador que en la jerga financiera se conoce como "curva de yield invertida" o "curva de rendimientos invertida".
Si esta curva está invertida, significa que a los gobiernos de esos países les sale más barato pedir dinero a un plazo de 10 años que a dos.
Esta dinámica es inusual y suele ocurrir antes de una recesión o, al menos, de una desaceleración significativa en el crecimiento económico.
En EE.UU. esta gráfica no se invertía desde 2007, un año antes de la gran crisis global.
Este miércoles, los principales índices bursátiles de Wall Street se desplomaron frente a las noticias de la inversión de la curva, que avivaron las preocupaciones de los inversores sobre una posible recesión.
El Dow Jones cayó 800 puntos (un 3,05%) el S&P 500 bajó 2,93% y el Nasdaq retrocedió un 3,02%.
Mientras tanto, en Europa, el FTSE 100 de Londres cayó un 1,4%, el Dax de Alemania perdió un 2,2% y el Cac 40 francés cayó un 2,1%.
Esta señal de advertencia proviene del mercado de bonos, donde gobiernos y empresas piden dinero prestado a través de la venta de bonos.
Un bono es una promesa de hacer ciertos pagos en el futuro, generalmente una gran cantidad cuando el bono vence y otros pagos más pequeños después, generalmente cada seis meses.
La cantidad que los inversores pagan por el bono determina el rendimiento (interés) que obtendrán: cuanto mayor sea el precio, menor será el rendimiento.
Un factor que afecta el rendimiento que desean los inversores es el tiempo que deben esperar para el gran pago final.
Por lo general, una espera más larga significa un mayor rendimiento -que los compensa por "atar" su dinero por más tiempo-, lo que implica un mayor riesgo de que una inflación inesperada erosione el valor de sus intereses.
Lo que es inusual es que el rendimiento de los bonos del gobierno de Reino Unido (gilts, como se les conoce) y de EE.UU. con dos años de vencimiento fue superior al rendimiento de los bonos a 10 años.
Esta situación se ve como una señal de que los inversores prefieren los retornos asegurados por tener un bono a más largo plazo y están preocupados por las perspectivas a corto plazo para la economía.
¿Es confiable la curva de rendimiento invertida? Según los economistas de la Reserva Federal de EE.UU., "los períodos con una curva de rendimiento invertida son seguidos de manera confiable por desaceleraciones económicas y casi siempre por una recesión".
Sin embargo, el tiempo que pasa entre la inversión de la curva y el inicio de una recesión no es uniforme.
Dicho esto, algo de la situación actual que no se aplica a episodios anteriores es la flexibilización cuantitativa, o compra de activos a gran escala.
Se trata de la política aplicada por muchos bancos centrales después de la crisis financiera (y antes, en el caso de Japón) consistente en comprar activos financieros, principalmente bonos del gobierno.
Esto ha tenido el efecto de aumentar los precios de los bonos, lo cual equivale a reducir su rendimiento.
Por lo tanto, la flexibilización cuantitativa puede estar contribuyendo a invertir la curva de rendimiento.
Así, la inversión de la curva no nos dice nada sobre cuáles podrían ser las razones específicas de una recesión inminente.
Hay varias posibles razones. La guerra comercial global es un factor para muchas economías.
En Reino Unido, un problema específico (que puede estar contribuyendo en la inversión de su curva) son las inquietudes de muchas empresas e inversores sobre la posibilidad de un Brexit sin acuerdo.
Este país acaba de cerrar un trimestre de actividad económica en declive, por lo que la idea de una recesión inminente no es del todo arbitraria, aunque las cifras han sido influenciadas por la acumulación de acciones antes de las fechas planificadas del Brexit y la subsiguiente reducción de esas acciones.
En EE.UU., por su parte, se necesitaría una desaceleración significativa para producir una recesión.
Alemania también ha cerrado un trimestre de desaceleración, según las cifras más recientes, por lo que también podría haber una recesión en el país.
La curva de yield del gobierno alemán no está invertida. Pero los rendimientos de los bonos del gobierno están por debajo de cero, lo que es un claro signo de una débil perspectiva económica.
En efecto, los inversores pagan al gobierno para prestarle dinero.
Y eso refleja la política de tasas de interés ultrabajas del Banco Central Europeo, pero también es un signo de una perspectiva económica débil.
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