La violencia en el Bajío desató un éxodo de proyectos de inversión hacia el norte del país, advirtieron industriales y expertos consultados por EL UNIVERSAL.
Hace una década, Guanajuato captaba mayor inversión extranjera directa que Nuevo León y se encontraba entre los cinco estados que atraía más capital, pero en 2023 quedó fuera del top 10, indican datos de la Secretaría de Economía (SE).
“Me da tristeza decirlo, pero Guanajuato tenía inversiones superiores a Nuevo León y hoy está por debajo, porque le ha afectado el tema de la inseguridad”, dijo José Abugaber, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
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“Todo lo que tenga que ver con seguridad pone en riesgo las inversiones, porque los inversionistas están viendo dónde colocar sus plantas”, añadió el originario de León, Guanajuato.
El director general del Cluster Automotriz de Nuevo León, Manuel Montoya Ortega, reconoció el atractivo del país para captar capitales debido a la relocalización de cadenas productivas o nearshoring; sin embargo, “la situación de inseguridad que se dio en el Bajío no anima a las nuevas inversiones.
“Es lo mismo que nos sucedió en 2012 y 2014, cuando las empresas no se quedaban en Nuevo León y se iban al Bajío, donde había seguridad, pero ahora hay un efecto cucaracha y se van del Bajío al norte”, comentó a este diario.
La buena noticia, dijo, es que actualmente hay empresas americanas, europeas y asiáticas que están dispuestas a invertir en el país porque quieren fortalecer la manufactura en Estados Unidos.
No obstante, los inversionistas extranjeros también observan los problemas de inseguridad, algo que urge atender, ya que aún llegarán capitales durante un par de años más, estimó Montoya Ortega.
Está en juego la confianza
El presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), Humberto Martínez Cantú, opinó que “definitivamente impacta la inseguridad en la reducción de inversiones. Si seguimos con estos problemas, puede ser afectada la confianza en México”.
Antes de invertir, los empresarios analizan costos de operación de las plantas, pero también la seguridad y la infraestructura que ofrece el lugar.
La socia líder del área de comercio internacional y aduanas de Holland & Knight, Turenna Ramírez, expuso que “el Bajío tuvo un boom importante en décadas pasadas, pero las nuevas inversiones cada vez se buscan acercar más a la frontera norte, como el caso de Tesla, que eligió la zona por ser más eficiente para fabricar autos eléctricos.
“Sin embargo, no se puede tapar el sol con un dedo. Es una constante en nuestro país que por la inseguridad se redirijan negocios u operaciones por este tipo de riesgos. El efecto cucaracha, de que salimos y nos vamos a otro lado, obedece a varios factores, como la seguridad y la facilidad comercial, así como el tema de la cadena de suministro, energías limpias y agua por la importante crisis a escala nacional”.
Las empresas hacen una evaluación del costo-beneficio sobre qué tanto vale la pena continuar en una región donde se pone en riesgo la operación y hasta la vida de los empleados, por lo que toman decisiones de mover sus plantas por condiciones de seguridad.
En opinión de Ramírez, hay que reforzar el respeto al Estado de derecho, sobre todo porque estamos en un proceso de atracción de inversiones por el nearshoring.
Un horizonte a 10 años
La analista en seguridad, Ana María Salazar, señaló que a pesar de los hechos de inseguridad, México sigue siendo atractivo para los inversionistas, los cuales llegan con una visión de mediano y largo plazos.
“La interrogante es si es el problema de la inseguridad es lo que mueve las inversiones al norte o simplemente dejan de invertir en otros estados porque prefieren estar cerca de la frontera, y eso explica la llegada de capitales a Nuevo León y Sonora, pues este último estado también es peligrosísimo”, comentó a esta casa editorial.
Por ejemplo, a Elon Musk, líder de Tesla, le interesó siempre poner su planta en territorio nacional, pero cerca de la frontera con Estados Unidos y, en el momento en que lo considere pertinente, invertirá en Nuevo León.
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“Es un misterio por qué la inversión extranjera directa sigue siendo tan alta y una respuesta es que los inversionistas están viendo un México en cinco años. Están pensando en el impacto en cinco o 10 años, ya que hay mucho dinero y tienen que pensar dónde invertir, además de que Brasil, Centroamérica y otras regionales están mal en cuanto a estabilidad política”, dijo Salazar Slack.
Desde su punto de vista, hay inversiones en el Bajío que seguirán ahí mientras no sea más caro llevar las autopartes o vehículos a la frontera norte.
La directora del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), Valeria Moy, expuso que está llegando una gran cantidad de inversión privada que se observa en la saturación de parques industriales, la falta de energía eléctrica y la carencia de trabajadores que ocupen las plazas disponibles.
El año pasado, los estados del norte que recibieron mayor inversión extranjera directa fueron Sonora, Nuevo León, Chihuahua y Baja California, al concentrar 8 mil 696 millones de dólares, que equivale a 25% de todo el capital foráneo que ingresó al país, de acuerdo con las cifras de la dependencia que encabeza Raquel Buenrostro.