La telefonía pública dejó de ser un servicio indispensable entre quienes carecían de una línea fija, para convertirse en un objeto prácticamente en desuso.
A la fecha hay 51 mil 396 localidades donde todavía pueden verse casetas de telefonía pública, de las cuales 6.8 millones tienen líneas de Telmex, ya que esta empresa tiene la obligación de brindar el servicio en el país.
Mientras el uso de telefonía pública decrece al existir 7.8 millones de líneas a 2019 y con entidades donde hay dos líneas por cada mil habitantes, como Campeche, y 12 por cada mil personas en la Ciudad de México, la telefonía móvil alcanza 122 millones de líneas y 86.5 millones de habitantes tienen acceso a internet, indican cifras del Inegi.
Gonzalo Rojón, analista de The Competitive Intelligence Unit (CIU), comentó que durante la pandemia por el Covid-19, este servicio redujo su uso porque lo que menos quiere la gente es tomar un teléfono público.
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Sin embargo, estos aparatos existen aunque están en desuso, pues hay tecnologías alternas, incluso en varias comunidades existen los llamados “telulares” que son como teléfonos fijos pero en realidad es tecnología móvil.
“Es una tecnología que va en desuso, hay personas que lo utilizan, pero son los menos, sobre todo en metrópolis donde la penetración móvil supera 100%”.
Además, el ingreso que se obtiene por casetas públicas debe ser muy bajo, comentó Rojón.
Sin embargo, dijo que es necesario el servicio porque hay personas sin acceso a la telefonía móvil ni a la fija, por lo que se pueden mantener algunos de estos aparatos, pero destacó que hay tecnologías que pueden ser más eficientes, como los celulares.
Este mercado lo concentra Telmex, empresa que pasó de tener 56% de los aparatos en 2015 para sumar 86.5% en 2019, porque aunque quiera salir de este negocio no puede.
Su título de concesión señala —desde 1990— que “Telmex se obliga a instalar y mantener operando casetas públicas telefónicas en su área de servicio, de acuerdo con un programa de expansión concertado cada cuatro años con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), y conforme a la densidad de aparatos públicos que se establezca a partir de enero de 1999”.
Además, se establece que para 1994 la empresa debía brindar dos casetas públicas por cada mil habitantes y cinco por cada mil habitantes para 1998.
Jorge Fernando Negrete, presidente de Digital Policy and Law, comentó que este es un tema que otros países han ido liquidando.
“Las obligaciones de cobertura universal con servicios de telefonía pública ya fueron eliminadas en Europa, prácticamente todos los países de ese continente lo eliminaron. En Estados Unidos también y lo que han hecho es mantenerlo en las áreas no conectadas”, explicó Negrete.
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El servicio de telefonía fija se mantiene sólo en las zonas donde no llega la conectividad. Por ejemplo, Estados Unidos tiene un área roja donde el programa América Conectada destina 20 mil millones de dólares para conectarlos, pero en tanto llega el dinero, se tiene el servicio de telefonía con cabinas.
“Pero en este momento es absolutamente oneroso para los operadores de telecomunicaciones que sostienen todavía esta obligación mantenerlo”, dijo.
Además es infraestructura que se vandaliza, que requiere mantenimiento y usa espacio público que puede emplearse en otras cosas.
“Me parece que no hay nada más ocioso que la infraestructura pública para la conectividad en materia de telefonía fija, estas obligaciones de cobertura universal con telefonía fija en este momento son anacrónicas”, aseguró el especialista.
En todo caso, los operadores de telecomunicaciones han hecho esfuerzos por crear hotspots de internet en parques públicos, que es la conexión actual. El mismo mercado sustituye la telefonía fija por el wifi público, incluso los gobiernos lo han financiado.