Economíahoy.mx Ni la supuesta tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China ha impedido que uno de los indicadores que más en serio se toma el mercado, la curva de los tipos de los bonos soberanos, haya entrado en un terreno en el que anuncia una recesión en la primera economía del mundo en menos de dos años.
Esto provocó otro vahído en Wall Street, donde los principales índices llegaron a sufrir pérdidas de más de 3%, acongojados también por las dudas, precisamente, sobre el estado de las negociaciones arancelarias y por las tensiones geopolíticas con Rusia.
La conocida curva de tipos que representa el diferencial entre la rentabilidad que ofrece el bono soberano a 10 años (referencia de largo plazo) del país norteamericano y el interés del papel a dos años (corto plazo) llegó a caer este martes por debajo de 11 puntos básicos, mínimo no visto desde el verano de 2007, un año antes de que estallara la última gran crisis financiera y económica a nivel global. "Ese aplanamiento de la curva, que cada día que pasa se acerca más a la inversión, suele ser un presagio de caída de la actividad económica", ha reiterado Juan Ignacio Crespo, asesor del fondo de inversión Multiciclos Global de Renta 4, insistentemente, durante los últimos meses, en los que la retirada de estímulos monetarios y el ciclo de subidas de los tipos de interés oficiales de la Reserva Federal (Fed) han ido propiciando este estrechamiento entre la rentabilidad del bono a 10 años, que se sitúa actualmente cerca de 2.90%, y el de la referencia a dos años, que alcanza ya 2.79%.
"Cuando este diferencial ha llegado a los 20 enteros o por debajo se ha producido una recesión en Estados Unidos en los siguientes 16 a 20 meses", advertía Jorge Nuño, gestor de Fidentiis Gestión, a finales de junio a elEconomista. Desde entonces, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE y el resto de instituciones, incluyendo también a los grandes bancos de inversión, han admitido una desaceleración del crecimiento económico en todo el globo, desencadenándose una retahíla de rebajas de previsiones y de malos augurios basados en la excepcional longitud del actual ciclo económico, en la probable artificialidad de las valoraciones de algunos activos financieros, en la política monetaria más restrictiva, en las primeras sospechas de la formación de una nueva burbuja inmobiliaria en ciertas regiones y capitales, en el descenso del precio del petróleo y, por supuesto, en el proteccionismo que amenaza el comercio mundial.
Lo paradójico del descenso de la curva de tipos de EU a niveles pantanosos es que haya llegado cuando el mercado parecía haber destensado dos de estos frentes: después de la cumbre del G20, donde los principales contendientes del conflicto comercial acercaron sus posturas; y de las últimas declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, de las que se quiso extraer la posibilidad de que el ritmo de incrementos del precio del dinero se frene. Aun con esas, el diferencial de tipos está en la zona donde, desde 1950, ha adelantado ocho recesiones, aunque es cierto que "antes de que se produjeran seis de ellas llegó a invertirse (a situarse en negativo), lo que no tuvo ni que ocurrir en la década de los 60 ni en la de los 90", según explica el equipo de estrategas de Axa IM, que detalla que "esta circunstancia es un indicador del endurecimiento del mercado crediticio que acaba impactando en la actividad económica". "La pendiente de la curva sigue aplanándose precisamente porque de momento los inversores no están comprando bonos de corto plazo, a pesar de que cotizan a un interés similar a la de plazos más largos, lo que refleja que el mercado sigue descontando que los tipos oficiales de la Fed seguirán subiendo", añaden desde Unicorp.
ENDURECIMIENTO DEL CRÉDITO
El endurecimiento del mercado crediticio propició precisamente que los principales bancos norteamericanos sufrieran el mayor impacto en bolsa, con el KBW Nasdaq Bank Index, que incluye a las principales entidades del país, cayendo más de 5%. Una debacle que también se contagió a otros sectores, como el tecnológico. Mientras, el Dow Jones llegó a borrar más de 700 puntos y el S&P 500 se dejaba más de 2.7%, a medida que los inversores digerían los detalles de una tregua comercial que comienza a generar dudas. El presidente de EU, Donald Trump, recordó vía Twitter que si un acuerdo con Pekín no fuera posible "es un hombre arancel", advirtiendo así que las presiones arancelarias siguen vigentes.
La confusas informaciones procedentes de la Casa Blanca sobre el comienzo oficial del "alto el fuego arancelario" y con la contrarreloj de 90 días ya en marcha se sumaron a la falta de claridad sobre la cantidad de productos agrícolas que comprará China como parte del acuerdo o si el gigante asiático eliminará completamente, en lugar de rebajar, los aranceles a los vehículos estadounidenses. Por su parte, el Gobierno de Xi Jinping ha mantenido un cauto silencio desde el pasado fin de semana.
Para alentar aún más la incertidumbre, el secretario de Estado de EU, Mike Pompeo, ofreció un ultimátum de 60 días a Rusia para que vuelva a cumplir con las obligaciones establecidas en el tratado sobre Misiles de Corto y Medio Alcance (INF). De lo contrario, Washington aseguró que abandonaría el acuerdo. El principal representante de la diplomacia estadounidense enfatizó que Rusia "ha invadido naciones soberanas como Georgia y Ucrania" y "ha violado la convención sobre armas químicas y el INF".