No todos los trabajadores han logrado mantener el poder adquisitivo de su ingreso laboral, debido a la falta de aumentos o apoyos salariales que compensen la inflación general de 12.4% acumulada de febrero de 2022 a febrero de 2024, alertaron especialistas.
De los 27 millones de trabajadores que laboran en el sector formal de la economía, sólo 12.1 millones se vieron beneficiados por el incremento de 20% a los salarios mínimos para este año, y junto a quienes negociaron revisiones contractuales a sus percepciones en 2023, representan 45% de la población ocupada en el segmento, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) y la Secretaría del Trabajo.
Sin embargo, se estima que parte importante del resto de trabajadores formales tuvo un incremento inferior a la inflación, o de plano no vieron alzas en sus percepciones ni algún tipo de apoyo que compense el alza generalizada de los precios en el país. Lo anterior no considera al sector informal, donde el rezago de los sueldos es más agudo.
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De acuerdo con el segundo Informe de Tendencias en Beneficios para Empleados 2024, publicado la semana pasada por Cobee, empresa de gestión de recursos humanos, 63.8% de los colaboradores encuestados dijo que sus empresas no realizaron acciones para compensar la inflación vía alzas salariales o algún apoyo, bonos u otra medida.
“De acuerdo con los resultados de nuestro estudio, solamente 36.2% de los colaboradores nos ha indicado que su empresa de algún modo ha aumentado su compensación con la inflación, y esto es constante en todas las regiones de México”, dijo Alejandro Domingo, gerente de la empresa en México.
Negociación acotada
En términos generales, es poca la población que ha visto beneficios en su sueldo con incrementos por arriba de la inflación, como pasó con quienes ganaban un salario mínimo, afirmó Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tec de Monterrey.
“La mayoría de trabajadores en el sector formal negocian con sus patrones para alcanzar un ajuste adecuado en el sueldo que perciben periódicamente. Dependiendo de la capacidad que tengan las empresas para estos ajustes, puede ser superior o igual a la inflación en el mejor de los casos”, explicó.
“Sin embargo, para la mayoría de las organizaciones, particularmente las micro y pequeñas empresas, que tienen mayor presencia en el mercado laboral, con más de 70% de la población ocupada, es complicado realizar un aumento”.
Asimismo, a las empresas más chicas les resulta difícil actualizar el salario de sus trabajadores conforme a la inflación por el mayor costo laboral que representan los recientes cambios a la regulación, como la eliminación de la subcontratación o el aumento del periodo vacacional, así como el posible aumento al aguinaldo, dijo a su vez Domingo.
“Muchos empleadores están viendo que las prestaciones obligatorias por ley van a subir en el año y han decidido no hacer el aumento en la compensación base de los salarios hasta que vean un poco cómo avanzan todas las prestaciones mínimas de ley”, agregó.
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Rezago acumulado
El rezago de los salarios de los trabajadores que no logran obtener un aumento superior a la inflación impacta porque los precios siguen subiendo, destacó Magaña.
“Si bien, el nivel general de precios no sube a niveles de 8% o 10% a tasa anual, la inflación sigue siendo positiva, con crecimiento de 4.6% hasta febrero pasado. Este ritmo acumulado de incremento es difícil de compensar con el ritmo de incremento de salarios”, dijo.
El poder adquisitivo del salario se ve mermado por la inflación que, si bien se ha moderado, no se refleja en mayor sueldo o mejor poder de compra, agregó el académico.
En su opinión, la perspectiva es complicada, pues cada vez es menor la cantidad de personas que reciben más de cinco salarios mínimos, pero la tendencia es que vayan a la baja y que el grueso de la población se concentre en quienes reciben dos a tres mínimos.
Si algunas empresas no están en condiciones de aumentar sueldos, una opción es darle más beneficios a los colaboradores, dijo Domingo.
“Les pueden dar más, por ejemplo, en vales de despensa, gasolina, restaurante... Al final, impacta en el colaborador y da ventajas fiscales al empleador”, agregó.