Durante los primeros nueve meses del año los incrementos salariales contractuales en la jurisdicción federal se han visto superados por la inflación, en perjuicio de al menos 778 mil trabajadores, revelan datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
De enero a septiembre de 2022 se han llevado a cabo 2 mil 138 negociaciones que dieron como resultado un incremento salarial nominal de 6.6% promedio ponderado, lo que una vez descontada la inflación significó una pérdida en el poder adquisitivo de las percepciones de los trabajadores de 1.17% de acuerdo con los cálculos de la propia dependencia.
Sin embargo, este resultado no fue homogéneo, pues del total de las negociaciones, mil 153 registraron un incremento inferior a la inflación anual al momento de alcanzar el acuerdo, en perjuicio de 778 mil 387 trabajadores, es decir 77% de un millón 13 mil que participaron en las revisiones salariales en el periodo referido.
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Por ejemplo, en el sector público se realizaron 43 negociaciones que comprendieron a 304 mil empleados, quienes alcanzaron un incremento promedio nominal de apenas 3.8% en los primeros nueve meses del año, lo que significó una pérdida de 3.99% en su poder adquisitivo.
Por el contrario, los sindicatos del sector privado lograron negociar un aumento promedio ponderado nominal de 7.8%, lo que les permitió mantenerse 0.04% por arriba de la inflación en el periodo mencionado.
Esto se atribuye a que en el sector público normalmente los incrementos que se presentan en los salarios van en torno a los estimados de inflación de las instituciones gubernamentales.
Por su parte, en el sector privado se suelen otorgar otros incentivos, ya sea por productividad o el desempeño del empleado, además de los incrementos de la inflación, lo que hace más atractivos los incrementos en la parte privada que en la pública.
Por actividades, sólo nueve de 32 en las que hubo revisiones salariales se lograron incrementos superiores a la inflación al momento de negociar, entre las que destacan, por involucrar al mayor número de trabajadores, la industria automotriz y de autopartes, la de alimentos, banca y crédito, metalurgia y siderurgia, así como transporte terrestre. Estos rubros vieron aumentos nominales superiores a 8.0% en beneficio de 370 mil trabajadores.
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Por el contrario, las actividades con los incrementos por debajo de la inflación al momento de la revisión fueron ubicados en la producción de hidrocarburos, servicios educativos, la industria eléctrica, servicios telefónicos, químico-farmacéutica y el comercio, que involucraron a 422 mil colaboradores.
Para 2023 se prevé en México un incremento promedio salarial de 7.8%, frente a una inflación prevista de 4.8% al cierre del año, estimó la consultora global Mercer a partir de la información que le han compartido empresas.
El resultado de las negociaciones del incremento a los salarios mínimos para el próximo año será un factor de referencia para las negociaciones, que por ley deberá ser superior a la inflación estimada en 8.44% al cierre de diciembre próximo.
En este contexto, los empresarios del país estudian otorgar un aumento al salario mínimo general que considere la inflación y un porcentaje adicional, por lo que se puede esperar hasta 15%, dijo recientemente el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), José Medina Mora.
Hacia adelante, todo parece indicar que la inflación seguirá siendo un factor importante de presión en las revisiones salariales contractuales de 2023, en particular por lo que se refiere a los primeros meses del año, cuando el alza generalizada de los precios se mantendrá elevada.
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