Argentina reportó en agosto una inflación mensual de 4.2%, marcando así una leve aceleración de los precios con respecto al mes anterior y pone en pausa las expectativas del gobierno de Javier Milei de no superar el 3% de inflación al final del año.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), a cargo del análisis de precios en todo el país, informó el miércoles que los aumentos en vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (7%) recalentaron la inflación en el octavo mes del año respecto al 4% que había reportado en julio.
En la comparación interanual, el incremento alcanzó el 236.7%. En tanto que acumula una variación de 94.8% en lo que va del año.
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La inflación de agosto estuvo por encima de las expectativas del gobierno e incluso del mercado, que proyectaban una cifra menor el 4% por primera vez desde enero de 2022.
“El 4% mensual sigue siendo una mala noticia, por más que sea mejor que 25%”, dijo a AP Mariano Machado, analista principal de las Américas de la consultora de riesgo Verisk Maplecroft. “Es muy difícil pedirle a una economía que todavía tiene control de cambios y vastos sectores con precios directa o indirectamente regulados que logre desarmar la bomba de la inflación núcleo”.
La inflación núcleo —que excluye precios con estacionalidad, como frutas y verduras, y precios regulados, como tarifas de energía y transporte— alcanzó 4.1% en agosto, la mayor desde abril.
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Luego del 25.5% que marcó en diciembre, la inflación en el país sudamericano inició una trayectoria descendente, con leves repuntes en junio y agosto, coincidentes con aumentos en tarifas de energía, transporte y combustibles, que se trasladan a los precios.
Estos sectores tienen un fuerte componente de subsidios que el gobierno ha recortado de forma escalonada como parte del plan de ajuste que busca reducir el déficit fiscal.
Por otra parte, la persistencia de las restricciones a la compra de divisas y la brecha entre la cotización del dólar en el mercado oficial que regula el gobierno y el ilegal —al que recurren la mayoría de los argentinos para hacerse de dólares— también impacta en los precios.
Los alimentos y bebidas no alcohólicas incrementaron en 3.6% el mes pasado, algo más que el 3.1% de julio.
El gobierno espera que su anuncio de reducir el llamado impuesto PAÍS a las importaciones del 17.5% al 7.5% en septiembre contribuya a desacelerar el ritmo de los precios en los meses venideros.
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“El impacto final dependerá de la dinámica de los márgenes en un contexto de mayor presión sobre los demás costos, y fundamentalmente de la agenda tarifaria y de precios de los combustibles”, advirtió la consultora Eco Go.
Machado, de Verisk Maplecroft, puso reparos al éxito de la estrategia oficial.
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“No hemos visto un descenso de generalizado y abrumador, que uno diga que todo el que importe insumos y que ahora se ve beneficiado por esta baja empezó a podar (precios)”, evaluó el experto. Lo atribuyó, en parte, a la especulación de muchos sectores de la economía que prefieren esperar a que el impuesto a las importaciones deje de aplicarse a partir del 1 de enero.
“El gobierno está poniendo la zanahoria adelante, pero todos están marchando a un ritmo esperando a ver cuándo les toca para descender costos y aumentar márgenes (de ganancia). Si mañana me vas a dar algo mejor para operar, ¿por qué voy a hacerlo hoy?”, dijo.
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