La inflación, el llamado impuesto de los pobres, sigue siendo un problema grave en el país por diversos factores como migración, inseguridad, clima y falta de competitividad, afectando más a la economía familiar de varias localidades, dijeron especialistas a EL UNIVERSAL.

Los casos más significativos son las ciudades de Tapachula, Chiapas; Jacona, Michoacán, y Mérida, Yucatán, cuya inflación anual en diciembre pasado superó 6.0%, tasa mayor al promedio nacional de 4.66% y más del doble que la meta del Banco de México, de 3%.

Los altos niveles de inflación afectan a 1.3 millones de personas que habitan esas tres localidades, principalmente a las que están en situación de pobreza, que significan más de una tercera parte de su población (486 mil personas), de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Tapachula es la ciudad que reportó la mayor alza en el nivel general de precios entre las 54 localidades que evalúa el Inegi, con tasa anual de 7.17% en diciembre pasado, y tiene una población de 362 habitantes, de los cuales 58.5% son pobres.

Las causas de la inflación nunca son idénticas en todos los lugares del país, pero obedece a que hay problemas específicos de oferta o demanda en algunas zonas, explicó Rodolfo de la Torre, director de movilidad social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Por ejemplo, en Chiapas puede estar influyendo el incremento notable en los flujos migratorios que elevan la demanda de bienes y servicios, así como que la cosecha de algunos cultivos posiblemente no fue la esperada, lo que aumentó el precio de los alimentos, estimó.

El grupo de alimentos, bebidas y tabaco reportó la mayor alza en Tapachula, con tasa anual de 10.5%, la más alta desde mayo pasado, seguido del grupo de ‘otros servicios’ que aumentaron 8.2%, donde se incluyen precios de loncherías, fondas, torterías y taquerías, así como restaurantes y similares, influidos por el aumento en insumos.

Fuente: Inegi
Fuente: Inegi

Impacto por delincuencia

Jacona, Michoacán, ocupa el segundo lugar, con una inflación anual de 6.59% y una población de 68 mil habitantes, de los cuales 47.2% o 32 mil son pobres. Similar a Tapachula, el rubro de ‘otros servicios’ fue el que reportó la mayor alza, de 11.3%, seguido del transporte, 9.9%, así como salud y cuidado personal, 7.3%.

En Michoacán, al igual que en otros estados, hay zonas donde es factible que el crimen organizado impacte en la inflación, cobrando mayor derecho de piso o recogiendo mercancía para comercializar por su cuenta, o extorsionando a productores. Eso se transmite al costo de las mercancías, dijo De la Torre.

El tercer lugar corresponde a Mérida, Yucatán, con inflación al cierre del año pasado de 6.23%, afectando a 941 mil habitantes, de los cuales 25.7% viven en pobreza. Entre los rubros con mayores alzas destacan ropa, calzado y accesorios, con 11.2%; ‘otros servicios’, 10.5%, y alimentos, bebidas y tabaco, 6.8%.

En Mérida, la carestía puede obedecer al crecimiento de su economía, que se está elevando más que el precio de los alimentos o la vivienda. Es decir, cada sitio tiene razones distintas por las que su inflación es mayor y no hay un diagnóstico general, destacó De la Torre.

Carestía estatal

Las entidades que reportaron la mayor inflación al cierre del año pasado fueron Yucatán, con alza anual de 6.2%; Michoacán, 6.0%; Nayarit, 5.8%, y Chiapas, con 5.5%, informó Adriana García, coordinadora de análisis del colectivo México, ¿cómo vamos? (MCV).

Advirtió que sobre todo en el sureste mexicano se ha observado que los altos precios se deben más a la ruptura de las cadenas productivas, como sucedió durante la pandemia, que a la falta de competitividad económica en algunos estados.

Tal es el caso de Chiapas, dijo, que además enfrenta problemas de inseguridad, al igual que en Michoacán, donde también se ven afectados por el aumento en el transporte de mercancías. En Yucatán, los precios pueden estar presionados por el gran movimiento asociado al proyecto del Tren Maya, dijo García.

Canasta alimentaria

El alza de los productos agrícolas sigue siendo un importante motor de la inflación, pues las canastas alimentarias en el ámbito rural y urbano reportaron aumentos anuales de 6.9% y 6.8% respectivamente, afirmó José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Coneval.

En su opinión, “habrá que esperar la dinámica del mercado laboral del primer trimestre para ver si hay alguna afectación en pobreza laboral por el repunte de la canasta alimentaria, indicador para monitorear la presión inflacionaria”.

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