En este gobierno, México sufre una carestía alimentaria dos veces más severa que en el anterior, lo que traerá consigo enfermedades y más población que no podrá comer tres veces al día.
La canasta de más de 100 tipos de alimentos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se encareció 32% durante los primeros 43 meses y medio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador; es decir, del 1 de diciembre de 2018 al 15 de julio de 2022.
Se trata de más del doble que la que se presentó en el gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando los alimentos se encarecieron 15% en un periodo similar.
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Con el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, la inflación alimentaria fue de 24% durante el lapso igual, mientras que con Vicente Fox Quesada acumuló una tasa de 19%.
La naranja, incluida en el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic), es el alimento que ha visto mayor incremento de precio durante el gobierno actual, al dispararse 150%.
A ésta le sigue el aguacate, en 125%, y luego el chayote, con 102% de aumento.
Considerada el alimento principal de los mexicanos, pues más de 90% de la población la incluye en su dieta, la tortilla de maíz acumula un incremento de 36%, mientras que con Enrique Peña Nieto fue de apenas 5%.
“Para nosotros, si estamos bien en la economía se tiene que reflejar en el precio de la tortilla y en el salario mínimo”, expuso el presidente López Obrador el 2 de julio del año pasado.
El pollo, que es el cárnico más consumido del país, ha subido de precio 53%, mientras el costo de la carne de cerdo se ha elevado 29%, de acuerdo con información del Inegi.
La población con carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad ha venido en aumento, de 21.9% en 2016 a 22.5% durante 2020. Esta situación ha alcanzado a 28.6 millones de personas, según muestra la información más reciente disponible del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Si permanece esta situación de alta inflación en lo que resta del año, es probable que se incremente la población con inseguridad alimentaria, estimó José Nabor Cruz, secretario ejecutivo del Coneval.
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“Con el encarecimiento de los alimentos, lo que va a ocurrir es que, si un hogar tiene con regularidad tres comidas al día, ahora solamente tenga dos. O si con regularidad consumía carne dos o tres veces a la semana, ahora solamente sea una vez”, comentó a EL UNIVERSAL.
La directora general de la organización México, ¿Cómo vamos?, Sofía Ramírez, explicó que cuando hay choques tan importantes de precios, “no es que la gente deje de comer, sino que disminuye la calidad de los alimentos y prioriza la ingesta calórica, por lo que tenemos una prevalencia de enfermedades derivadas de una mala alimentación, que van desde hipertensión hasta diabetes”.
Señaló que hasta noviembre de 2019, los alimentos tenían poca incidencia dentro de la inflación general, pero a raíz de la pandemia han venido empujando la carestía y reduciendo el poder de compra de las familias.
Sofía Ramírez externó su preocupación de que el conflicto energético en el T-MEC pueda traer el próximo año sanciones comerciales que encarezcan las importaciones de granos y fertilizantes que realiza México desde Estados Unidos.
Destacó que los niveles más altos de pobreza laboral se encuentran en el sureste mexicano, por lo que no deja de ser relevante que en Chiapas y Oaxaca hay altas tasas de inflación.
El Coneval estima que 38.8% de la población, aproximadamente 49.7 millones de personas, tenía un ingreso laboral inferior al costo de la canasta básica alimentaria en marzo pasado.
El presidente López Obrador reconoció ayer que la carestía de alimentos impacta más a México que a la Unión Americana.
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