En 2024 no sólo se enfrentarán riesgos económicos por el mayor déficit presupuestal, pues existe la posibilidad de que se presenten conflictos electorales antes o después de las votaciones del 2 de junio, lo que podría frenar el dinamismo de la actividad productiva, alertó el sector privado.

Hace cinco años, antes de las elecciones presidenciales y para renovar el Legislativo, el empresariado afirmaba que había condiciones para un cambio de gobierno ordenado y el riesgo se observaba en una posible crisis económica de fin de sexenio. Ahora, presidentes de confederaciones y organismos de la iniciativa privada dijeron a que puede haber conflictos por los resultados de las elecciones presidenciales, mientras que la inseguridad es otro factor que consideran preocupante.

“La cuestión electoral es un foco que no debemos perder de vista. Si no hay la suficiente madurez política, podría haber conflictos electorales y postelectorales, lo cual afectaría la economía”, destacó el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), José Abugaber Andonie.

El representante del sector industrial expuso que también les preocupa el proceso electoral de Estados Unidos: “Si los candidatos presidenciales de ese país vilipendian a México con el propósito de ganar votos, nos podría traer consecuencias económicas”, subrayó.

En entrevista, señaló que también hay que estar pendientes de los conflictos geopolíticos internacionales, pues en la medida en que aumente la violencia en algún país, se puede afectar el avance de la economía mundial y, en consecuencia, la de México.

Desde el punto de vista del presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), José Medina Mora, además del riesgo político de que se polarice más el país con el proceso electoral, otra inquietud es que la inseguridad siga creciendo.

En materia económica, agregó, el principal problema puede ser que “dejemos pasar la oportunidad de relocalización [nearshoring], al no ofrecer seguridad, Estado de derecho y energía disponible”.

El director general del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Carlos Hurtado, coincidió en que los riesgos que se vislumbran para 2024 son “temas como los que pudieran surgir con las elecciones federales y eventos relacionados con el Estado de derecho y seguridad pública en un año electoral”.

Asimismo, dijo que hay alertas relacionadas “con la suficiencia de recursos para financiar el presupuesto federal aprobado, más las contingencias y necesidades, especialmente provenientes de los recursos que se necesitan para la reconstrucción y apoyos para Acapulco”.

INESTABILIDAD ELECTORAL,EL MAYOR RIESGO ECONÓMICO: IP
INESTABILIDAD ELECTORAL,EL MAYOR RIESGO ECONÓMICO: IP

Expectativas de crecimiento

El sector privado espera que el próximo año se registre una desaceleración del crecimiento económico del producto interno bruto (PIB) del país, con una inflación todavía por arriba de la meta del Banco de México (Banxico).

Alcanzar o superar esas cifras dependerá de los niveles de inversión, del impulso resultante de las elecciones y de la atracción de capital, vía la relocalización de empresas.

Por una parte, Abugaber Andonie comentó que en este año se observó un “buen manejo de la política económica del país, de la macroeconomía y por esa razón el optimismo de que 2023 terminará con [una expansión económica de] 3.5%”.

Para 2024 los especialistas estiman un crecimiento económico de alrededor de 2%, pero “la industria estima que podría ser un poco mayor, mientras no se presente un problema global que pudiera afectar la economía”, agregó el presidente de la Concamin.

Añadió que si se capta más inversión extranjera directa (IED) vía el nearshoring, la economía nacional se fortalecerá.

A su vez, Medina Mora destacó que el nearshoring será el principal impulsor de la inversión foránea.

“Se estima que 2023 cerrará con 40 mil millones de dólares [de IED] y también se estima que podrían llegar otros 40 mil millones de dólares si resolvemos temas como certidumbre jurídica para la inversión, seguridad, disponibilidad de energía, sobre todo de fuentes limpias”, señaló.

Se estima que la inflación regresará a niveles de 4% en 2024, un avance contra el nivel de 4.6% con el que se espera cerrar este año.

El CEESP considera que el crecimiento de Estados Unidos será el motor para la economía mexicana en 2024, aunque todo parece indicar que será menor que en 2023 y coincidió en que otro de los impulsos vendrá por el nearshoring, y los proyectos insignia del gobierno.

Escenario diferente

Previo a las elecciones de 2018, el entonces presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, afirmaba que el reto era mantener la estabilidad económica del país cuando se diera la transición de gobierno.

“Si los candidatos electos actúan con responsabilidad y lo mismo hacen las autoridades salientes, no hay razón para que no tengamos una transición en orden”, expuso en junio de 2018.

“No podemos descartar nada, hay condiciones para que pueda haber un tránsito [presidencial] en orden y con estabilidad. El principal desafío es preservar la estabilidad macroeconómica en la transición, en los días previos al cambio de gobierno y los posteriores”, dijo.

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