Hace 10 años, la industria automotriz atravesaba una de sus peores crisis. General Motors y Chrysler se declararon en bancarrota y las ventas cayeron a su peor nivel en el mundo a consecuencia de la crisis financiera en Estados Unidos.
Diez años después, el sector es muy diferente.
En esta década, la movilidad a través de aplicaciones como Uber, DiDi y Beat, abrieron la posibilidad de trasladarse sin usar el transporte público o comprar un auto.
También surgieron nuevas marcas como Tesla, empresa que se convirtió en el mayor vendedor de autos eléctricos en el mundo y que llegó a México en 2015.
Los vehículos autónomos también eran promesa a inicios de la década, pero ya son una realidad.
La tecnología y manejo de datos que usan los vehículos ha volcado a firmas como Google y Apple a desarrollar aplicaciones como Android Auto y Apple CarPlay.
Mientras que del lado de los consumidores fue notable el cambio de preferencia de los sedanes por las SUV’s, lo que dio origen al nacimiento de los crossover, una mezcla entre un auto compacto y una camioneta pequeña.
En el mercado mexicano, lo notable de esta década fue la irrupción de las marcas coreanas y chinas.
En mayo de 2014 llegó el fabricante coreano más grande del mundo: Hyundai.
Inicialmente comercializaron sólo tres modelos: Grand i10, Elantra y ix35. La marca fue creciendo y en su primer año comercializaron 26 mil 251 autos, pero este año llevan 40 mil 950 vehículos vendidos y es la décima marca más vendida, con 3.4% del mercado.
Hyundai es reconocida entre los consumidores por su calidad y eficiencia en el consumo de combustible. Este año, J.D. Power la reconoció como la mejor marca de volumen en el estudio de Calidad y Confiabilidad del Vehículo en México 2019.
Detrás de Hyundai llegó KIA en octubre de 2014.
Esta marca coreana estableció su propia planta en Pesquería, Nuevo León, con una inversión de mil millones de dólares y generando 3 mil empleos directos.
KIA inició con 21 agencias en las principales ciudades del país y una campaña de mercadotecnia en medios tradicionales y digitales.
En cinco años, KIA es la quinta compañía por volumen de ventas, con 400 mil vehículos vendidos desde que inició operaciones y 7.7% de participación de mercado.
Mientras que desde el arranque de producción en 2016, la planta de Pesquería ha fabricado más de 817 mil unidades y exporta a más de 50 países. De la producción de KIA, 62.5% corresponde al modelo Forte sedán y 37.5% al compacto Rio.
Beijing Automotive Industry (BAIC) empezó a comercializarse a mediados de 2016 a través del distribuidor Picacho Grupo Automotriz. Los primeros autos disponibles fueron el sedán D20 y la camioneta X25.
Ahora, BAIC comercializa los modelos: D20; las SUVs X25, X35 y X65; y las camionetas BJ40 y BJ20. Y están por llegar la nueva X30; la minivan para siete pasajeros M5OS; el D50 sedán; así como dos pick ups, Vigus 3 y Vigus 5 a diesel.
De enero a noviembre, BAIC comercializó 3 mil 10 vehículos. La compañía analiza abrir una planta en México, pero tienen que alcanzar ventas por 50 mil unidades en América Latina para que se justifique la inversión.
De momento, los autos se importan de China y llegan a Veracruz donde se ensamblan y se les incorporan componentes mexicanos.
En febrero de 2017, de la mano de Giant Motors y Grupo Financiero Inbursa, llegó la marca china JAC. Las compañías invirtieron 4 mil 400 millones de pesos en Ciudad Sahagún, Hidalgo para ensamblar los autos de JAC, lo que generó mil empleos directos.
Actualmente, JAC cuenta con 30 agencias en el país y hasta noviembre ha colocado entre consumidores 3 mil 984 vehículos. Sus modelos más vendidos son las camionetas SEI 2 y SEI 3. Y recientemente anunció la comercialización de cuatro vehículos eléctricos: las camionetas E-Sei1, E-Sei2 y E-Sei4; el sedán EJ4 y la pick up mediana E-Frison T8.
JAC es de las pocas marcas que incrementado sus ventas este año; 66% más que el año anterior.
A finales de 2015, Tesla inició operaciones en México.
La compañía opera sin agencias como el resto de las marcas.
Los modelos disponibles para su venta en el país están en exhibición en el Centro Comercial Santa Fe, donde también se puede agendar una prueba de manejo y hay sólo una tienda física en Presidente Masaryk en Polanco.
Pero s desde su página de internet donde se puede realizar el proceso de adquisición.
El primer modelo en comercializarse en el país fue el Model S, con un pago inicial de 80 mil pesos, pero cuyo precio final puede llegar a los 1.7 millones de pesos.
También está disponible el Model X en casi 3 millones de pesos y se espera el Model 3, el modelo más económico de la marca.
Tesla ha instalado mil 500 cargadores y nueve supercargadores en el país, los cuales también pueden ser usados por los autos eléctricos de otras compañías armadoras. En noviembre, el alcalde de Ciudad Valles, San Luis Potosí, anunció la compra de 15 camionetas cybertruck de Tesla con un “apartado” de 30 mil pesos.
El costo total de las camionetas será de 20 millones de pesos y se utilizarán para jalar pipas de agua y contendores de basura.
La presentación del cybertruck causó polémica, pues se presentó como resistente a impactos de bala y a prueba de golpes, pero el cristal de la ventana se fisuró cuando se le golpeó con un mazo.
Para Carlos García, socio de Digital Consumer y Marketing en Deloitte, de 2009 a la fecha, han llegado varias marcas que no todos los consumidores conocen, por lo tanto, las diversas automotrices deben decantarse hacia ciertos nichos
“El consumidor siento que está un poco confundido. Si tienen 150 mil pesos para comprar un coche se preguntan cuáles son sus opciones, si buscan lo de siempre o buscan algo nuevo”, explicó.
“Es un proceso de enamoramiento entre las nuevas marcas y los consumidores porque Volkwagen significa algo para el consumidor, Nissan significa algo, pero una nueva marca como Hyundai, KIA, BAIC, qué significan y los que compren por primera vez cómo les va a ir. Todo eso está por definirse y será cada una de las marcas tendrá que hacerse su camino”.
Para Deloitte, el mercado automotriz mexicano ahora está muy atomizado, con un consumidor más informado, en el que las
marcas grandes van a empezar a perder mercado y las pequeñas a ganar participación.