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En últimas fechas, la Secretaría de Energía (Sener) y Petróleos Mexicanos (Pemex) mostraron posiciones encontradas en materia de importación de petróleo crudo.
Ambas dependencias parecen caminar en sentido contrario: mientras que Pemex parte de la base de que México tendrá un déficit de 92.9 mil barriles diarios de petróleo crudo ligero en promedio durante el año, con el que difícilmente puede cumplir las metas de procesamiento y producción de gasolinas y diesel, la Secretaría de Energía cancela esa opción.
En el Programa Operativo Anual 2019 de Pemex, al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL y que fue entregado a todos los organismos y dependencias involucradas en la industria petrolera, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador, la petrolera señala la necesidad de seguir importando petróleo crudo tipo ligero para enriquecer la dieta de las refinerías.
La situación es tal que prevé que la disponibilidad de crudo ligero nacional se reduzca casi 100 mil barriles diarios en el año.
Por ello, plantea la necesidad de tener esta clase de hidrocarburo en volúmenes que deberían incrementarse a lo largo del año, es decir, pasar de poco más de 43 mil barriles por día en los primeros siete meses, para luego aumentar las compras a un máximo de 168.7 mil barriles en agosto, 156.9 mil en septiembre, 163.4 mil en octubre, 164.6 mil en noviembre y 156.2 mil en diciembre.
Pemex calcula que la importación puede realizarse a un precio promedio de 64.2 dólares por barril, por lo que considera que sería necesario desembolsar 2 mil 178.6 millones de dólares por ese crudo ligero en el año.
La visión no la comparte la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, que durante su comparecencia ante diputados el 29 de enero dijo que no se tiene contemplado importar más crudo ligero de Estados Unidos.
La funcionaria aclaró que las importaciones que se hicieron por primera vez en muchos años fueron de Estados Unidos.
Tras revelarse que Pemex importaría petróleo crudo en octubre de 2018, el entonces presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, señaló en su cuenta de Twitter, que “el anuncio de que Pemex contrató la compra de un millón 400 mil barriles de petróleo al extranjero es una muestra más del gran fracaso de la política económica neoliberal o neoporfirista de los últimos 30 años”.
Reportes del Departamento de Energía de Estados Unidos confirmaron que en octubre se realizaron embarques por 350 mil barriles a México y para noviembre fueron de 701 mil barriles.
Pero para los planes de la petrolera en 2019, en especial para la subsidiaria Pemex Transformación Industrial (TRI), las compras externas de esta clase de aceite son esenciales por varias razones, explicaron fuentes del sector.
Uno, porque pretende elevar a 902.5 mil barriles diarios el nivel de procesamiento de crudo, del cual 54.9% correspondería a crudo ligero, equivalente a 496.3 mil barriles diarios, cuando en 2018 ese volumen fue de 393.3 mil barriles diarios.
Al disponer de más crudo ligero para la dieta de las refinerías, la empresa pretende que los seis complejos refinadores estén operando no a toda su capacidad, pero que puedan aportar mayor producción de combustibles.
De acuerdo con el programa operativo 2019, se prevé producir 311.6 mil barriles diarios de gasolinas, de las cuales la Magna alcanzará 302.6 mil barriles y la Premium mil 700 barriles por día. Otros 7 mil 300 barriles corresponden a gasolina base, que es un producto no terminado.
En 2018, la producción de gasolinas fue de 207 mil barriles diarios en promedio: produjo 8 mil 800 barriles de Magna y 196 mil 300 de Magna UBA y mil 800 barriles de Premium.
Pemex estaría en condiciones de aportar 231 mil 700 barriles diarios de diesel, a diferencia de los 116 mil 800 producidos un año antes. La producción de turbosina, combustible empleado por el sistema aeroportuario nacional, se elevaría de 34 mil 600 a 51 mil 500 barriles diarios en promedio. Sin embargo, los planes de la petrolera dependerán de la decisión que tome el gobierno sobre este tema.