El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024, donde en lo referente al gasto para salud, se propone un total de 970 mil 552 millones de pesos, lo que representa 10.7% del gasto neto total.
En caso de ser aprobado, los recursos para salud tendrían un incremento real de 5.9% con respecto al monto de 2023 y sería el mayor en una década.
Detalla que en el PEF 2024 se prevé una reasignación de recursos entre la Secretaría de Salud y el IMSS-Bienestar, a través de un recorte anual de -55.8% en términos reales al presupuesto de la Secretaría de Salud, equivalente a 123 mil millones de pesos.
Sin embargo, un monto similar (128 mil 624 millones de pesos) se asignará al organismo público de reciente creación IMSS- Bienestar, nuevo encargado de proveer atención médica gratuita y hospitalaria a las personas que no cuenten con seguridad social.
En 2019, el Seguro Popular (SP) tenía alrededor de 51 millones de afiliados (41% de la población total del país), y brindaba acceso a servicios de prevención y promoción en salud, medicina general y de especialidad, urgencias, cirugía general y obstetricia.
Además, proporcionaba servicios de alta especialidad para tratar enfermedades costosas y potencialmente mortales consideradas en un catálogo de 66 enfermedades a través del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, gestionado por la Comisión Nacional de Protección Social en Salud. Sin embargo, el Seguro Popular desapareció con la intención de centralizar y garantizar el acceso oportuno a los servicios de salud pública.
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Como fin, para sustituir las funciones del SP, en 2020 el Ejecutivo Federal creó el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) como un organismo gestionado por la Secretaría de Salud. Ante su falta de operatividad, en agosto de 2022 se creó el organismo público descentralizado IMSS-Bienestar -que no forma parte de la administración pública central, tiene patrimonio propio y una mayor autonomía en la toma de decisiones-, para reemplazar y suspender las operaciones del INSABI.
En términos de recursos, el IMSS-Bienestar tendría para 2024 un total de 128 mil 624 millones de pesos, esto es 14.5% mayor que lo que se le aprobó en 2023 al INSABI y 37.6% mayor que lo que se le aprobó en 2019 al Seguro Popular. En cuanto a lo efectivamente erogado, de 2020 a 2022 el gasto del INSABI fue superior a los años anteriores, derivado de los ajustes administrativos enfocados a la distribución de recursos para medicamentos gratuitos a la población sin seguridad social, así como las aportaciones al Fondo de Salud para el Bienestar.
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El IMCO aseguró que las sucesivas transiciones entre el Seguro Popular, el INSABI y ahora al IMSS-Bienestar presentan un reto para la adecuación presupuestaria y al mismo tiempo, no garantizan un freno al deterioro en el acceso a los servicios de salud.
El Coneval señaló que, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022, se ha observado un aumento significativo en el número de personas que enfrentan carencia de acceso a servicios de salud, al pasar de 16.2% a 39.1% entre 2018 y 2022, lo que equivale a un total de 50.4 millones de personas sin acceso a instituciones de salud. Estos resultados subrayan la urgencia de establecer un sistema nacional de salud integral que garantice la atención de la población y asegure el acceso a los servicios de salud de forma universal.Advirtió que los resultados no son alentadores, a pesar de los incrementos registrados en 2022 y 2023 al presupuesto de salud; esto se debe -de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación- a la deficiente organización y administración del INSABI y de los recursos del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) -antes Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud (FSPSS)-.
Este fideicomiso fue creado en 2004 en conjunto con el Seguro Popular y actualmente la Secretaría de Hacienda (SHCP) actúa como fideicomitente. Los recursos financieros se dividen en dos subcuentas: el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (FPGC) y el Fondo de Previsión Presupuestal (FPP). El propósito de este fondo es asignar los recursos de su patrimonio para tres propósitos principales:
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En junio de 2023, el Fonsabi reportó una disponibilidad de 35 mil 229.5 millones de pesos, la menor desde 2015. Para poner esta cifra en contexto, puede compararse con el último año de funcionamiento del Seguro Popular (2019), cuando este fondo contaba con 138 mil 939.5 millones de pesos, cuatro veces lo registrado al primer semestre de este año.
En 20 programas presupuestarios se concentraría 98.4% del presupuesto para salud en 2024, equivalente a 954 mil 958 millones de pesos, entre los que destacan:
El recorte al programa de vacunación presentaría una disminución en la protección específica contra enfermedades prevenibles mediante vacunas en la población menor de un año y podría agravar el actual contexto de desabasto de medicamentos entre los que se encuentran las vacunas.
Al igual que el sistema de salud en México, el destino del gasto en ese rubro se encuentra fragmentado, es decir, los servicios de salud públicos son provistos por diferentes instituciones federales y fondos de recursos subnacionales. Dentro del sistema de salud pública, las personas que cuentan con seguridad social pueden recurrir al IMSS e ISSSTE para recibir atención médica. Los recursos de estos organismos, además de provenir del gobierno, también provienen de las contribuciones de los trabajadores y empleadores. Por su parte, las personas sin seguridad social pueden recurrir al IMSS-Bienestar o a los Sistemas Estatales de Salud para recibir atención médica, aunque con mayores limitaciones a su cobertura.
En el análisis mostró que el presupuesto de las principales instituciones de salud para 2024 se vería de la siguiente manera:
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Es primordial conocer en qué se gastan los recursos de salud para categorizar y desglosar los gastos gubernamentales de acuerdo con el tipo de bien o servicio que se planea adquirir. En ese sentido, destaca el gasto administrativo y los recursos a inversión para el sector salud:
La asignación de recursos hacia el sector de Salud ha registrado un aumento en el sexenio. Sin embargo, el incremento de recursos no se ha traducido en una mayor cobertura y acceso de servicios de atención médica. Esto se evidencia en el dato de la ENIGH 2022, que muestra un incremento de 30.3 millones de personas que mencionan enfrentar carencias en el acceso a servicios de salud.
Otro aspecto que destaca es la inestabilidad legal y administrativa de los principales programas destinados a atender a la población sin seguridad social. En tan solo cuatro años, se ha transitado por tres modelos diferentes: el Seguro Popular, el INSABI y el IMSS-Bienestar. Esta constante reconfiguración plantea interrogantes sobre la efectividad y la consistencia de las políticas de salud, lo que pone en entredicho la capacidad del sistema de salud para abordar de manera eficaz las necesidades de la población vulnerable.
Aunque el presupuesto propuesto para la salud en 2024 presenta un incremento real con respecto al año anterior, particularmente en los recursos para servicios personales y el gasto en obra pública, un reto que persiste es la disminución de recursos para la atención de temas sensibles para la población como la vacunación.
vcr/mcc