La pandemia aceleró la de varios sectores, como el inmobiliario, para tratar de acercarse al mayor número posible de consumidores sin necesidad de hacerlo en persona.

De acuerdo con Gene Towle, socio director de Softec, consultora en proyectos inmobiliarios, durante ocho meses de 2020 la digitalización avanzó lo que se tenía previsto que avanzara en 10 años debido al confinamiento por el Covid-19.

En el sector inmobiliario se aceleraron las visitas virtuales a las propiedades, la firma electrónica de los contratos y la promoción de la vivienda y terrenos.

“Si la pandemia hubiera durado un mes, todo hubiera regresado a la normalidad, pero así como estamos viviendo ahora es la vida normal. Así va a ser de aquí en adelante”, aseguró Towle.

Para el sector inmobiliario, esto representa un mayor uso del video y visitas virtuales a las propiedades, aunque para concretar la venta el comprador tenga que visitar una vez el inmueble. La tendencia es similar en el caso de los contratos digitales.

“Las propiedades que tienen esto se venden mejor que las que no lo tienen. Ya no es suficiente sólo con las fotografías, se debe incluir una explicación de la zona para que se vendan mejor”, expuso Towle en el seminario Tendencias digitales en el sector inmobiliario, organizado por el Clúster de Innovación y Transformación Inmobiliaria.

“El blockchain es importante para darle certeza a las transacciones. La manera en que funciona el sistema notarial mexicano es un blockchain, donde te venden una casa con toda la sucesión histórica de quiénes han sido los propietarios, donde conoces la cadena de compradores”.

El directivo de Softec destacó el caso de la inmobiliaria Vinte, la cual ya realiza 9% de sus ventas de vivienda en línea.

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La pandemia también cambió el uso de los inmuebles, como por ejemplo los edificios de oficinas, pues antes era prioritario asistir a la oficina a diario, y ahora es más aceptado que los empleados vayan sólo cuando tienen que ir o a actividades específicas, pero el resto del tiempo pueden laborar desde donde sea.

Esto ha detonado la compra o renta de vivienda en ciudades lejanas a los centros de trabajo.

“Tenemos personas que trabajan en San Diego, ganan en dólares y viven en Tijuana, donde con 200 mil dólares se compran un departamento de 100 metros cuadrados, y la comida y servicios les cuestan un tercio de lo que en Estados Unidos”, dijo.

La tecnología también modifica la construcción de vivienda, pues ya hay proyectos como el de Nacajuca, Tabasco, donde un grupo de constructoras crearon vivienda de bajo costo con una impresora 3D de gran tamaño.

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