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Parece que olvidó la sonrisa, el joven secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez , en su comparecencia en el Senado , donde escucha la crítica política a la política económica, que se materializa en el Presupuesto para 2021 , año de pronóstico reservado.
La voz como sofocada del secretario Herrera suena como un arrullo en su comparecencia que transcurrirá casi sin altibajos, y tan es así que, en la segunda ronda de preguntas, al dar respuestas ‘balconea’ a los senadores, incluso de Morena, que se han salido del salón de sesiones que parece un almacén de tedios.
Pide la palabra Martí Batres Guadarrama para pedir respeto al Presidente de la República.
“Escuché a un senador del PAN insultar al Presidente de la República, basar su intervención en insultos”.
A Batres le parece “inadmisible” insultar desde tribuna y formula “un llamado fraternal para que se expongan ideas, conceptos, críticas, observaciones, pero no insultos”.
Sólo faltó mencionar por nombre y apellidos a Gustavo Madero Muñoz, quien en tono enérgico ha dicho que “el Presidente enloqueció y no tiene contrapesos”.
El jefe del Ejecutivo “ha defraudado la confianza con fracasos generalizados en inversión, empleo, producción petrolera, combate a la pobreza, inseguridad y corrupción”, deplora Madero Muñoz, mientras Arturo Herrera Gutiérrez guarda sus emociones, en las que se sepultan las sonrisas con las que llegó a comparecer en los tiempos del Covid-19.
Al secretario de Hacienda lo introduce al pleno nada más ni nada menos que un séquito de 12 senadores, de la pluralidad senatorial, muy amables todos, pero a la hora de los posicionamientos no hay clemencia.
Y ahí quedan las expresiones de Madero, ríspidas: “Esta la historia de un gobierno zombi que ya naufragó y que pronto vendrá con la cola entre las patas a pedir más recursos, más impuestos —asegura— porque para prometer son buenos, pero para cumplir aún no se han calado”.
De Morena, Ifigenia Martínez, primera economista mexicana admitida en Harvard, maestra de un expresidente y de varios antecesores del aguantador Herrera Gutiérrez, interviene y lo reprueba.
Ella dice al muchacho: “La aparente ausencia de una política de reactivación económica, que no debe confundirse con una política de rescate a grandes empresas y bancos, nos parece francamente insuficiente y preocupante”.
Doña Ifigenia, con su voz alegre, dulce, y con su rostro inevitablemente sonriente, dice al funcionario, que viene con un déficit de sonrisa: “¿Cuál es la política de reactivación de la Secretaría de Hacienda, responsable ante la magnitud de esta crisis?”
Es decir, de esa política no hay indicios. “La recuperación está condicionada a la trayectoria de la pandemia”, responde el secretario de la Hacienda de las vacas flacas.