Si bien la inflación, sobre todo la subyacente, ha bajado de manera continua, aún se encuentra por arriba de la meta puntual por la resistencia de los precios de los servicios, lo que obliga a no aflojar el paso porque viene la parte más complicada, consideró el subgobernador del Banco de México (Banxico), Jonathan Heath.
“Es como correr un maratón y ya corriste los primeros 38, 39 kilómetros, te faltan tres más y empiezas a reducir el paso, pues no, hay que mantener el paso hasta ganar la carrera”, dijo.
Al participar en el podcast Norte Económico del Grupo Financiero Banorte, Heath, quien fue el único miembro de los cinco que integran la Junta de Gobierno que votó por no recortar 25 puntos base para seguir manteniendo el nivel de restricción en 10.75%, descartó una recesión económica, pues el consumo de los hogares seguirá relativamente su dinamismo alentando el aumento de los servicios.
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Recordó que la inflación subyacente se encuentra alrededor del 4%, ya que en la primera quincena de septiembre se ubicó en 3.95%. Es decir, explicó, estamos en niveles previos al brote de inflación, cuando la subyacente estaba rondando entre 3.5% y 4%.
Se logró traer la inflación de regreso a esos niveles, pero señaló que la meta puntual trazada por Banxico es de 3%.
“Ahora sí que tenemos la tarea por adelante muy difícil, porque este último trazo es la parte más difícil”, advirtió el banquero central de mayor experiencia del órgano colegiado.
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Jonathan Heath externó su preocupación por la inflación de los servicios que permanece por arriba de 5% desde julio del 2022, proyectando una trayectoria lateral muy consistente.
De ahí su insistencia en que la única forma de que la subyacente siga su tendencia a la baja hasta llegar al 3%, el año entrante, tal y como lo tiene previsto el Banco Central, es romper la persistencia de los precios de los servicios.
En relación a lo que hizo la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos en su última reunión al recortar en 50 puntos base su tasa, consideró que, si sigue bajando el costo del dinero, Banxico también, pero será más que nada por coincidencia.
“No va a ser causa y efecto, porque en el corto plazo estamos más preocupados nosotros en nuestra propia tasa de inflación y no tanto en lo que haga la Fed”, apuntó.
Para el mediano, y especialmente en el largo plazo, reconoció que “no podemos ir en contra del ciclo monetario de la Reserva Federal”.
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“Si ellos están bajando continuamente la tasa, entonces de alguna forma u otra, y no con una correlación perfecta ni mucho menos, también tendremos que -básicamente- hacer lo mismo”, previó. Pero, confió en que en ambas situaciones se tomen en cuenta los resultados de la inflación que desean cada uno de los bancos.
Más adelante habló sobre las posibilidades de que exista una recesión en México, y del por qué desde su perspectiva estamos lejos de eso.
Admitió que la economía se está desacelerando, sin embargo, ponderó que hay que tener un poco de cuidado porque tampoco “creo que estamos cerca de entrar en una recesión”.
Para sostener su declaración utilizó datos del consumo de los hogares y el crecimiento de la economía.
La demanda agregada creció en una forma bastante fuerte en el primer trimestre, y en términos anuales todavía mantiene esa fortaleza, aseguró.
Para el segundo cayó, enfatizó al explicar que eso fue porque al inicio de año se adelantó el pago de los programas sociales por el tema de las elecciones. Entonces, recomendó considerar el promedio de ambos periodos, con lo cual encontramos un avance todavía “bastante bien”.
Ahora, dijo, el tipo de cambio va a ayudar a apuntalar un poco más el poder adquisitivo de las remesas en pesos.
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Con ello estimó que la economía crecerá alrededor del 1.5% por el estancamiento de las exportaciones, pocas inversiones como sucede cada transición de gobierno, pero con un consumo que mantendrá relativamente su dinamismo.
“Eso va a empujar la parte de los precios de los servicios (el consumo), que son muy susceptibles a este tipo de condiciones”, anticipó.
Por esa razón, esgrimió, hay que mantener la postura monetaria por más tiempo, hasta ver que rompemos realmente la persistencia a los precios de los servicios ante todavía un consumo de los hogares relativamente dinámico y una economía que, si bien sí se desacelera, aún mantiene puntos que pudieran apuntalar la inflación.
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