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Para llegar a la pobreza franciscana, como juzga necesario el presidente Andrés Manuel López Obrador, algunas dependencias y entidades de la Administración Pública Federal (APF) están preparando las medidas que presentarán con miras a ese objetivo.
Se espera que profundicen las acciones para racionalizar y ajustar la estructura de recursos humanos hacia lo estrictamente necesario, con lo cual se redistribuirán las cargas de trabajo entre el personal que quede para hacer más eficientes los procesos.
El académico de la escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, Gabriel Pérez del Peral, indicó en entrevista con EL UNIVERSAL que más que extrema austeridad, todo gobierno debe buscar eficiencia, eficacia y legitimidad.
Sin embargo, se percibe que no se cumplen al menos los dos primeros, mientras que la legitimidad se logra con el gasto en programas sociales, que se usan con fines electorales, afirmó.
Mencionó que conoce casos de personas que trabajan en el gobierno federal que aseguran que no hay presupuesto para papel ni lápices para trabajar.
Se están haciendo recortes en gasto operativo para reasignarlo a programas sociales y proyectos estratégicos insignia como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el nuevo aeropuerto, dijo.
Pérez del Peral advirtió que eso significa cortar gasto en la gestión pública, y por ello no se podrán cumplir las matrices de los indicadores por resultados.
“Lo que está haciendo el Ejecutivo es bajarle a la gestión de gobierno, la parte operativa de gobierno, que es lo que le permite cumplir sus objetivos. Le pega al gasto programable y libera recursos para sus programas sociales, que tienen un corte electoral muy importante”, apuntó.
El villano
El presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), Mario Correa, coincidió en que no se necesita un gobierno pobre, sino una mayor eficiencia en el gasto y que se genere confianza.
Asignar los recursos a proyectos rentables y cambiar un poco el discurso oficial de que el sector privado es el villano, eso no cuesta, consideró.
“Más que buscar una pobreza franciscana, hay que restablecer la confianza y el Estado de derecho para traer inversión más abundante, dar una vuelta en U”, expresó el dirigente.
Lo anterior, sobre todo en materia de seguridad pública, dando un giro a la estrategia, matizó. Por eso, dijo que estarán atentos sobre los recortes o reasignaciones en el presupuesto de 2023.
“Vamos a ver cómo vienen los recortes, que van a llegar al hueso. Esta idea de la pobreza franciscana parece que lo que hace es cortar no sólo grasa, sino músculo, hueso y todo lo que se encuentra en el camino”, ponderó.
Como parte de la pobreza franciscana que busca el gobierno, se proponen aspectos como el ahorro de energía eléctrica prohibiendo el ingreso de aparatos electrónicos de uso personal sin autorización, restringir el uso de vehículos utilitarios grandes y que las compras de material se limiten a lo necesario.
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