El gobierno de la autollamada Cuarta Transformación busca competir y desplazar a los grandes distribuidores e importadores de fertilizantes que controlan casi 40% del mercado en México y, además, venden a precios que “implican altos márgenes de ganancias” para ellos, en detrimento, sobre todo, del pequeño productor agrícola.
A través del organismo Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), que es el encargado de coordinar la adquisición de productos agroalimentarios a precios de garantía, quieren convertir a Petróleos Mexicanos (Pemex) en “el único proveedor de fertilizantes” en el país.
Con un esquema parecido a la empresa Gas Bienestar, la administración federal contempla fortalecer la presencia del Estado en el mercado nacional y capturar oportunidades derivadas de iniciativas y programas de gobierno que resultarán en mayor demanda de fertilizantes, modelo que encabezará Pemex.
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La idea parte de un programa de rehabilitación de las plantas de producción de fertilizantes que opera la petrolera, en especial la del Complejo Petroquímico en Camargo, Chihuahua —que desde 2002 está fuera de operación—, con lo cual no sólo se fortalecerá la infraestructura de los fertilizantes estatales, sino que aumentarán el atractivo y las oportunidades del mercado nacional de estos productos.
Pemex incluyó en su Plan de Negocios 2021-2025 el apartado Autosuficiencia Alimentaria y Rescate del Campo, relacionado con el abasto agrícola como “la oportunidad para la cadena productiva de fertilizantes de Pemex”. La empresa reconoce que enfrenta grandes retos para mantener su posición en el mercado nacional y para atender los compromisos del Estado en materia de producción de hidrocarburos, abasto de mercados de combustibles de transporte e industria, así como de las materias primas para la producción de petroquímicos y fertilizantes.
Hasta 2018, de acuerdo con información a la que EL UNIVERSAL tuvo acceso, el consumo nacional de fertilizantes era de 6.2 millones de toneladas anuales, de las cuales, 82% correspondieron a producto importado. Actualmente, este mercado incluye, además de Pemex, a empresas importadoras.
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Sobre el complejo petroquímico Camargo que este gobierno busca reactivar, en 2010, un reporte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) recomendaba a Pemex y a la Secretaría de Hacienda reestructurar o cerrarlo, “debido a que durante 2010 no registraron ventas, por lo que su rentabilidad fue nula”.
En 2019, el Presidente reconoció la situación insostenible del complejo: “Urge tomar una decisión. La planta de Camargo tiene 16 años parada”.