Con todo y el arranque de la estrategia nacional eléctrica del nuevo gobierno y las afirmaciones de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fue rescatada el sexenio anterior, el actual régimen le otorgó 84 mil 800 millones de pesos en subsidios para cubrir sus pérdidas operativas para 2025.
De acuerdo con cifras del Presupuesto de Egresos de la Federación, la CFE dispondrá el siguiente año de 4% más recursos para ese concepto en comparación con lo aprobado para 2024, y al mismo tiempo convierte la cifra en la mayor reportada desde 2017.
Estos recursos los aporta la Federación sobre todo para subsidiar las tarifas eléctricas domésticas, y que no se vea reflejado el aumento de costos de operación de la empresa en los recibos de luz.
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El gobierno pasado y el actual se han comprometido a que las tarifas de electricidad no aumenten más allá de la inflación. Han cumplido la promesa, pero a costa de más recursos públicos invertidos y sin que la CFE reporte ganancias.
De hecho, la empresa informó que de enero a septiembre de este año erogó 73 mil 423 millones de pesos en subsidios, un alza de 6.5% contra el mismo lapso de 2023.
Sin embargo, la empresa ha reportado en ese periodo pérdidas por 85 mil 800 millones de pesos, reflejo de su exposición y dependencia al gas natural, recurso fósil para generar electricidad en plantas de ciclo combinado.
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La empresa importa la totalidad de ese insumo y depende de los precios internacionales y de las variaciones del tipo de cambio, factor que este año no le ha favorecido por la depreciación del peso frente al dólar observada desde junio.
Situación complicada
“De no haberse tomado las acciones de rescate emprendidas por la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, la CFE estaría generando 20% de la energía de este país. Por ese rescate, hoy podemos plantear un programa serio y ambicioso de transición energética”, dijo la empresa en un comunicado la semana pasada.
Según los reportes financieros de la CFE, en el sexenio anterior, contando de enero de 2019 a septiembre de 2024, tuvo pérdidas por 117 mil 500 millones de pesos, no ha alcanzado sus objetivos de energías limpias, ha dependido cada vez más del gas natural de EU, aún no otorga el servicio de electricidad a más de 700 mil personas en el país y cada año hay más apagones.
Casiopea Ramírez, socia gerente en Fresh Energy Consulting, explicó que la razón principal del aumento en recursos para subsidios es que CFE no recupera sus costos de producción de electricidad.
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“Mientras CFE mantenga altos sus costos de producción, con cuota mayoritaria de participación en la generación de energía a base de plantas más caras y no se le permita recuperar costos, las pérdidas van a seguir”, dijo a EL UNIVERSAL.
Para Carlos Flores, experto en temas de energía, el problema es multifactorial, pues CFE tiene una matriz de generación mal mantenida y tendiendo a la obsolescencia, así como un recurso humano mayor al necesario y con onerosas prestaciones. También tiene costos financieros crecientes porque cada vez se endeuda a tasas más altas para así lograr atraer a inversionistas, y enfrenta el impacto negativo provocado por la devaluación del peso, pues tiene tanto deuda como compras de insumos en dólares.
“Por alguna extraña razón, tanto López Obrador como Claudia Sheinbaum parecen creer que, si CFE vende más, entonces ganará más. No son los ingresos los que tendrían que aumentar en la empresa, sino las utilidades, y esas sólo crecerán cuando logre ser eficiente y competitiva. Lastimosamente, ninguna de las reformas parece tener esos dos objetivos”, dijo Flores en entrevista.
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Costos crecientes
Víctor Ramírez, socio de la consultora P21Energía, explicó que además de ese subsidio identificado en el presupuesto, la CFE da más recursos a su filial de suministro, que es la que lleva la luz a usuarios a través de sus filiales de transmisión y distribución, en una operación sin fundamento y disfrazada.
“Aun con esto, transmisión y distribución tienen ganancias; depende del año, y van por ahí de 10 mil millones de pesos. ¿Qué es lo que sucede? La generación tiene pérdidas por sus costos tan altos, y ahí es donde se pierde todo”, señaló.
Ante ello, la nueva administración espera concretar la reforma energética con las leyes secundarias y eliminar las filiales, lo que puede volver más opaca la operación, el flujo de información operativa y financiera, y motivar el uso de subsidios y recursos públicos para continuar con el fortalecimiento de la empresa, mientras avanza a paso lento en su mejora estructural y sus metas de transición a fuentes limpias.