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El aumento en los precios de gasolinas y diesel en 2018 le costó a los mexicanos casi 94 mil millones de pesos más de lo que se pagó un año antes.
Estos montos fueron superiores a los observados un año antes: 443 mil 421 millones de pesos para las dos gasolinas y 210 mil 49 millones para el diesel, sólo por factor precio.
Considerando que en México circulan alrededor de 34.6 millones de vehículos a gasolina en sus dos tipos, de acuerdo con la Prospectiva de Petróleo Crudo y Petrolíferos 2018-2032 elaborada por la Secretaría de Energía (Sener), los aumentos de precios en la Magna y Premium durante el año le representaron a los usuarios un pago anual de 2 mil 14.45 pesos más que el año anterior.
En 2017 los automovilistas gastaron un promedio de 12 mil 816 pesos en gasolina Magna, mientras que durante 2018 el monto se ubicó en 14 mil 830 pesos. Respecto al diesel, y en función de que circulan en el país 800 mil unidades que emplean este tipo de combustible, cada usuario tuvo que desembolsar en el año 30 mil 250 pesos más que el año pasado.
Por producto, el incremento de 15% anual a la gasolina Magna se reflejó en un ingreso de 67.8 mil millones de pesos más de lo que captó por la venta de este combustible en 2017.
Con un aumento de 12.08% en el precio de la Premium, los ingresos de la petrolera fueron mil 800 millones de pesos más al pasado ejercicio.
El incremento fue de 16.09% en el caso del diesel. Los ingresos superaron en 24.2 mil millones de pesos lo que Pemex recibió un año antes.
El alza en los ingresos por la venta de combustibles automotores se dio a pesar de que cayó tanto la producción como el consumo.
Información de la empresa señala que la producción de gasolinas se redujo 19.4%, es decir que el Sistema Nacional de Refinación dejó de producir alrededor de 49.8 mil barriles diarios. De ellos, 44 mil barriles fueron de gasolina tipo Magna. Ese volumen que se dejó de producir equivale al consumo que realiza Jalisco, Nuevo León o la Ciudad de México.
Por lo que toca a la producción de diesel, la caída fue de 23.9%, equivalente a dejar de producir 36.1 mil barriles diarios, que es lo que consumen conjuntamente la Ciudad de México e Hidalgo.
La caída de la producción estuvo acompañada de una menor demanda a lo largo de 2018.
Datos de la petrolera señalan que el consumo de Magna se redujo de 660.4 mil barriles diarios en 2017 a 646.1 mil barriles el año pasado. El consumo de Premium bajó de 136.6 mil barriles a 117.5 mil barriles diarios en promedio.
La demanda de diesel por parte del transporte público de carga y pasaje se redujo de 365.4 mil barriles diarios a 331.3 mil barriles en el periodo 2017-2018.
Esto significa que la política de precios a los combustibles seguida por la pasada administración ayudó a generar mayores ingresos para Pemex y el gobierno federal, pero tuvo un costo en el bolsillo de los millones de mexicanos que utilizan vehículos.