Luego de que el mes pasado entró en vigor el aumento de 22% al salario mínimo correspondiente a 2022, el número de mexicanos con ese nivel de ingreso laboral repuntó a un total de 19 millones en enero, 5.3 millones de personas más (39%) que los 13.7 millones reportados al cierre de 2021, de acuerdo con estadísticas del Inegi.
Aunque tiene que ver con los fuertes incrementos acordados por el sector obrero y patronal en los últimos años, se trata de la primera vez que el grupo que percibe hasta un salario mínimo (5 mil 186 pesos al mes) es mayoría desde que se tiene registro, a partir de 2005.
En contraparte, la población ocupada que gana más de uno y hasta dos salarios mínimos se redujo en 2.3 millones (-11%), al pasar de 20.3 millones de trabajadores en diciembre de 2021 a casi 18.0 millones en enero de 2022.
“Las oportunidades laborales están enfrentando cada vez más una menor remuneración debido a que las empresas no han logrado recuperarse del todo, y tienden a ofrecer puestos de trabajo con una remuneración inferior a como lo venían haciendo en periodos anteriores”, comentó Héctor Magaña, coordinador del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tec de Monterrey.
“Los micro y pequeños negocios que reabrieron en 2021 recontrataron trabajadores, pero con una percepción menor. Por ejemplo, a un ayudante de mesero que ganaba un poco más de un salario mínimo, le bajaron a sólo un salario mínimo, o incluso menos”, destacó Raymundo Tenorio, economista y académico.
En opinión de Magaña, la alta demanda de empleo por parte de los trabajadores afecta directamente el comportamiento de los salarios a la baja, haciendo que más personas opten por realizar una actividad con una menor remuneración, porque no encuentra ofertas con un mejor salario.
“Todavía no podemos decir que México es un país de salarios mínimos, pero si esta tendencia se mantiene, muy probablemente impactará en el mediano y largo plazos”, advirtió.
Tenorio consideró que, sobre todo, México se está convirtiendo en un país de trabajo poco calificado. “Son personas a las que no se les pueden generar otras oportunidades de trabajo”, dijo.
Los datos del Inegi muestran que los segmentos de trabajadores con mayores percepciones también disminuyeron.
El grupo de quienes ganan más de dos y hasta tres salarios cayó en 2.3 millones (-29%) en enero pasado respecto a diciembre de 2021.
En tanto, el conjunto de quienes reciben más de tres y hasta cinco salarios mínimos se contrajo en 1.7 millones (-33%), y el de quienes perciben más de cinco salarios mínimos bajó en 505 mil personas (-38%).
“Desde hace tiempo venimos observando que, efectivamente, el número de personas que perciben una cantidad mayor de salarios mínimos muestra una tendencia a la baja. Es decir, ha persistido este problema de la precarización del salario de los trabajadores que ya teníamos en nuestro mercado laboral, incluso antes de la pandemia”, afirmó Magaña.
Agregó que la situación provocada por la restricción, la pérdida de empleo y todas las condiciones negativas que trajo la pandemia provocaron que el problema de la precarización laboral se exacerbe en México.
En su opinión, este fenómeno se ve muy claramente al enfocarse en la población subocupada, es decir, las personas a las que no les es suficiente tener un solo empleo para satisfacer sus necesidades, sino que tienen que buscar horas adicionales para trabajar y poder conseguir un salario que complemente su ingreso. Ese grupo de trabajadores se mantiene todavía en niveles por arriba de los registrados previo a la pandemia.