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A una semana de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) publique su documento insignia de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO, por sus siglas en inglés), la nueva directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, adelantó que va a incluir revisiones a la baja en 2019 y 2020 para la mayoría de los 189 países miembros.
Lo anterior a causa de las disputas comerciales que pasan factura a las economía y ante la parálisis de los intercambios globales, factores que pueden dejar grietas, así como un “Muro de Berlín digital”.
En su primer discurso público como líder del FMI, Georgieva dijo que los números que presentarán reflejan una situación compleja.
“En 2019 esperamos un crecimiento más lento en casi 90% del mundo”, alertó.
Hoy más que nunca la economía mundial se mueve en sincronía, “pero esta vez el crecimiento se está desacelerando”, ponderó.
Georgieva señaló que las actualizaciones de los pronósticos revelarán que el crecimiento de este año caerá a su tasa más baja desde el comienzo de la década.
En las economías de mercados emergentes más grandes, como India y Brasil, la desaceleración es aún más pronunciada este año.
Muro de Berlín. Para poner en perspectiva las razones por las cuales el FMI recortará los pronósticos económicos, dijo que se están sufriendo las consecuencias de las tensiones comerciales.
La desaceleración se debe a una variedad de problemas, pero al mismo tiempo a un tema en común, que definió como fracturas.
En primer lugar mencionó el comercio: “Hemos hablado sobre los peligros de las disputas comerciales. Ahora vemos que en realidad están pasando factura”.
Señaló que debido en parte a las tensiones comerciales, la actividad manufacturera mundial y la inversión se han debilitado sustancialmente. Incluso, existe un grave riesgo de que los servicios y el consumo pronto se vean afectados.
Dijo que si hay una recuperación en 2020, dejará grietas con cambios que pueden durar toda una generación, como cadenas de suministro rotas, sectores comerciales
aislados y un “Muro de Berlín digital” que obligue a los países a elegir entre sistemas tecnológicos.
Para curar las fracturas, Georgieva recomendó centrarse en la política económica interna, lo que acelerará el crecimiento y construirá economías más resilientes.