La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, afirmó que la naturaleza digital y la inmediatez inherente al pujante sector 'fintech' pueden ser aliadas de los bancos centrales en la transmisión de su política monetaria o, por el contrario, pueden entorpecerla.
Lagarde ofreció una conferencia Michel Camdessus sobre banca central organizada por el FMI que la innovación tecnológica, así como la irrupción de la inteligencia artificial (IA), ha permitido transformar industrias enteras por todo el mundo, incluidas las 'fintech' ('financial technology').
"Al cambiar las características de la intermediación financiera y fomentar la competencia, las 'fintech' pueden reforzar considerablemente la transmisión de las decisiones de política monetaria a la economía general, influyendo en los tipos de interés, los precios de los activos, las condiciones crediticias y, en última instancia, el crecimiento y la inflación", explicó.
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Aun así, la valoración "avanzada" de activos y las nuevas fuentes de financiación que proveen las 'fintech' a tiempo real hacen que su volumen de crédito concedido sea "más sensible" a cambios en la solvencia de los clientes o la situación macroeconómica frente al de la banca tradicional.
"Esta capacidad de respuesta también significa que los préstamos de las 'fintech' podrían ser más procíclicos en tiempos de estrés, amplificando los ciclos de crédito y la volatilidad", aseguró.
Lagarde recordó que las 'fintech' fueron responsables del 5% de los ingresos del sector bancario en 2022, esto es, entre 150 mil millones y 205 mil millones de dólares (134 mil 330 y 183 mil 584 millones de euros). Esta cifra crecerá hasta 400 mil millones de dólares (358 mil 212 millones de euros) para 2028, con una tasa de crecimiento anual del 15%.
Además, la 'guardiana del euro' tomó nota de que los bancos tradicionales están comprando 'fintechs' e, incluso, adoptando sus tecnologías y usos para "mejorar" sus operaciones.
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La exministra francesa de Economía también reivindicó el papel que los bancos centrales desempeñan en un mundo inestable y abogó porque estas instituciones estén "abiertas al cambio" y preparadas para "hacer uso de la flexibilidad de sus herramientas como sea necesario".
"Para garantizar la estabilidad en el futuro, nuestro planteamiento debe seguir siendo encarnar la 'estabilidad sin rigidez' que nos permita adaptarnos rápidamente a medida que la economía se transforma", indicó.
En este sentido, Lagarde aseguró que las acciones tomadas desde el BCE han mantenido con éxito las expectativas de inflación "ancladas", lo que permitirá que el alza de precios retorne al objetivo del 2% en la segunda mitad de 2025.
No obstante, la incertidumbre de cara al futuro "aún es grande" por retos actuales como el envejecimiento o el cambio climático, pero, también, por otros más clásicos, como los relativos a la fragmentación de los flujos comerciales o la disrupción tecnológica.
Asimismo, la responsable del BCE manifestó la importancia de una comunicación adecuada y de ser "humilde" a la hora de reconocer fallos en referencia, por ejemplo, a cuando los institutos emisores asumieron erróneamente que la inflación fruto de la crisis energética de hace unos años sería solo transitoria.
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