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La inflación anual durante agosto de 2017 se ubicó en 6.66%, su nivel más alto desde mayo de 2001, cuando llegó a 6.95%, de acuerdo con los datos más recientes dados a conocer por el Inegi.
El incremento se explicó por presiones sobre los precios de frutas y verduras, así como energéticos, luego de que la cotización de la gasolina registrara su primer aumento mensual desde que inició el proceso de liberalización.
En este contexto, analistas elevaron sus proyecciones de inflación para el cierre de este año debido a que el huracán Harvey en Estados Unidos, no sólo afectó la producción de las refinerías ubicadas en Texas —y con ello el precio de las gasolinas— sino también los precios del gas natural y productos agrícolas.
Otro factor que mencionaron los especialistas es que los huracanes
Irma, Katia y José afecten la demanda y los precios de algunos productos agropecuarios procesados, agua y gasolina, entre otros bienes.
Estos dos elementos, junto con la estacionalidad que ha presentado el índice de precios en los últimos años, llevó a que instituciones financieras revisaran sus pronósticos de inflación para el cierre de año.
Grupo Financiero Monex ajustó de 6.30% a 6.44% la expectativa de inflación, mientras que Banorte-Ixe la movió de 6.2% a 6.4%. A principios de año las proyecciones de ambas instituciones eran de 4.8% y
4.7%, respectivamente.
Hacen su agosto. En agosto, el Índice Nacional de Precios al Consumidor presentó un aumento mensual de 0.49%, ubicándose como la tasa más elevada para un mes similar desde 2008, cuando entonces reportó un alza de 0.58%.
Los bienes y servicios que registraron alza de precios y que tuvieron mayor incidencia sobre la inflación de agosto fueron cebolla, con un incremento mensual de 54.58%; gas doméstico LP, 2.96%; jitomate, 8.35%, y Universidad, 1.95%.
Por el contrario, los productos que incidieron a la baja, fueron: servicios turísticos en paquete, con disminución de 9.77%; transporte aéreo, con 19.36%; chayote, con 26.62%; plátanos, 6.48%, y aguacate, con 5.19%.
La variación mensual del índice de precios subyacente, que excluye los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, fue de 0.25% y anual de 5%, su tasa más alta desde julio de 2009. Dicho incremento fue producto del alza de 6.51% en el componente de mercancías, el cual presenta un comportamiento divergente a su interior.
Por un lado, las mercancías no alimenticias (las cuales reflejan el efecto traspaso del tipo de cambio) han comenzado a moderar su crecimiento, con tasa anual de 5.63%, después de haber alcanzado su máximo en mayo (5.87%), en respuesta a menor presión cambiaria ante la apreciación del peso ante al dólar.
Las mercancías alimentarias mantuvieron su camino alcista y se ubicaron en 7.57% a tasa anual, nivel no visto desde 2009, ante las fuertes alzas en bienes agropecuarios, los cuales se usan como insumos para la producción de dichas mercancías.
El Inegi informó que el Índice Nacional de Precios al Productor creció 5.64% respecto al mismo periodo del año anterior, su menor nivel desde agosto del año pasado. En cuanto a las mercancías y servicios destinados al consumo interno, se reportó un crecimiento de 5.12%, lo que significó su tercera baja consecutiva.
Eduardo González, analista económico de CitiBanamex, previó que la inflación anual alcanzó su pico de 6.74% en la segunda quincena de agosto, y que en septiembre comenzará a descender, debido al regreso de algunos precios de bienes agrícolas, principalmente.
La institución financiera no modificó su pronóstico de inflación
de 6% para el cierre de 2017; sin
embargo, reconoció que el resultado del indicador no descarta riesgos de un incremento.