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Desde que Wall Street tocó fondo en marzo de 2009, la mayor bolsa de valores del mundo comenzó a recuperarse como si tuviera un propulsor espacial.
Nueve años, cinco meses y 13 días consecutivos de racha positiva marcaron el récord de crecimiento más largo en la historia de la Bolsa de Nueva York desde que se creó en 1817.
Atrás parecen haber quedado los días en que colapsó la burbuja inmobiliaria, cundió el pánico financiero y se desató una crisis global. Como si fuera una pesadilla de la que nadie quiere acordarse, los inversionistas están celebrando las espectaculares ganancias de Wall Street.
Es lo que se conoce como el "bull market" o un mercado fuerte en ascenso, representado por la monumental escultura de un toro en Manhattan.
Un toro que lleva casi una década sin sufrir una gran corrección, es decir, una caída superior al 20%, Sí, más de una estocada le ha llegado, pero nada lo ha tirado al suelo en estos últimos años.
La tendencia la marca el índice S&P 500, que sigue la trayectoria de 500 grandes empresas que cotizan en Wall Street. Y el salto que hado desde los días oscuros de la crisis hasta ahora ha sido impresionante: escaló desde 676 puntos a 2.864, acumulando un alza de más de 325%.
En medio de un boom de ganancias corporativas, recuperación económica y baja inflación, el récord de crecimiento se explica por la confluencia de varios factores.
"Si tuviera que elegir una razón para explicar este récord, diría que es Donald Trump con su recorte de impuestos a las ganancias corporativas, su promesa de desregular y su legitimación de los negocios agresivos", le dice a BBC Mundo Robert J. Shiller, profesor de economía de la Universidad de Yale.
"Hay un aumento en las oportunidades para apostar, que yo asocio con este presidente y su estilo de magnate en un casino".
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Algunos fondos de inversión han argumentado que el récord de crecimiento es una prueba de la habilidad de las grandes corporaciones estadounidenses para hacer negocios en tiempos difíciles, crear confianza en los inversionistas y generar riqueza en el país.
"No hubo negocios maníacos, ni pánico en la compra y venta de acciones", dijo Jack Ablin, jefe de Inversiones de Cresset Wealth Advisors. "Ha sido bastante sostenido".
Estas son algunas de las razones en las que coinciden distintos analistas para explicar el fenómeno.
1-"Boom" de las ganancias empresariales
En Estados Unidos se habla del "boom de las ganancias" en las grandes empresas. Los ingresos netos de las empresas que transan en bolsa han llegado a los niveles más altos de la última década, con alzas trimestrales superiores al 10%.
Y los ingresos de las compañías son el motor que impulsa el precio de las acciones y es por eso que su aumento sostenido explica el alza de Wall Street.
Se estima que el valor de mercado del índice S&P 500 aumentó cerca de US$4 billones en 2017.
La bolsa estadounidense ha estado "sorprendentemente fuerte", dice John Rekenthaler, vicepresidente de Investigación en la firma Morningstar.
Desde su punto de vista, como las empresas han evitado traspasar sus ganancias a los empleados subiendo los salarios, eso ha permitido mantener la inflación a raya y las tasas de interés bajas.
2- Crecimiento de la economía
En medio de la crisis financiera de 2009, el gobierno estadounidense y la Reserva Federal pusieron en circulación billones de dólares para impulsar la recuperación, rescatando bancos y firmas automotrices y comprando activos que estaban en problemas.
En la medida que volvió el empleo, se recuperó el gasto de los consumidores, que es el principal impulsor de la economía estadounidense. En paralelo, la recuperación global dio otro empujón.
Recientemente la economía de EE.UU. tuvo un rendimiento especialmente veloz durante el segundo trimestre, expandiéndose a una tasa anual de 4,1%, el ritmo más alto en casi cuatro años.
Con un desempleo que está en su nivel más bajo en 17 años, 3,9%, el temor que existe es que la economía se esté calentando demasiado y que la inflación se dispare en algún momento.
3- Bajas tasas de interés, el ciclo del "dinero dulce"
La década de oro de Wall Street, dicen analistas, fue posible gracias a las bajas tasas de interés y baja inflación.
Por años la Reserva Federal (FED) y otros bancos centrales inyectaron liquidez en el sistema para sostener la recuperación y permitir que los inversores asumieran más riesgos al comprar activos.
Después de ese largo ciclo, actualmente la FED ha comenzado a retirar esos estímulos, subiendo progresivamente los tipos de interés y poniendo de esta manera fin a los años del llamado "dinero fácil" para el financiamiento de las empresas.
4- El llamado "efecto Trump"
El recorte de los impuestos corporativos, una de las banderas de la política de Donald Trump, ha incrementado las ganancias corporativas y repercutido en el alza de Wall Street, dicen analistas.
La reducción desde un 35% a un 21% ha puesto una gran cantidad de efectivo sobre la mesa de las juntas directivas por un lado, y ha significado menos ingresos a las arcas fiscales, por el otro.
Este escenario ha generado preocupación por el gigantesco nivel de endeudamiento al que está sometida la mayor economía del mundo.
Y en medio del "boom de las ganancias" corporativas, ejecutivos de empresas han recomprado sus propias acciones y se han beneficiado de una menor fiscalización de las normas de competencia.
5- El salto de las tecnológicas
Por último, está el crecimiento de las firmas tecnológicas que impulsaron con fuerza el valor total de la Bolsa de Nueva York.
Las llamadas "FAANGS" (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) han experimentado un alza explosiva en los últimos años, mientras que en agosto Apple se convirtió en la primera empresa del mundo en alcanzar un valor de US$1 billón (sin considerar a PetroChina por falta en la confiabilidad en los datos).
De hecho, el gigante de la manzana fue la empresa que más aportó al récord de crecimiento.
¿Cuándo se acaba la fiesta?
Aunque las previsiones apuntan a que el S&P 500 cerrará el año cerca de los 3.000 puntos y que la racha positiva seguirá al menos por otro año, el debate persiste sobre cuándo se acaba la fiesta.
"Los mercados alcistas son como las luces incandescentes. Tienden al máximo brillo justo antes de apagarse", dijo San Stovall, jefe de estrategias de inversión de la consultora CFRA.
Y en este sentido, las predicciones apuntan hacia todos lados. Algunos dicen que no habrá una caída estrepitosa, sino que se producirán varias correcciones sucesivas que ajustarán el mercado.
"Todavía esperamos un fuerte crecimiento de la economía el próximo año, impulsado por el recorte de impuestos", dijo Andrew Milligan, jefe de estrategias globales de la firma Aberdeen Standard.
Otros inversionistas están preocupados por los efectos que puede tener el aumento del endeudamiento de las empresas.
El tema que queda pendiente es que las gigantescas ganancias del mercado "no se han extendido hacia el resto de la población", señala un artículo del diario The New York Times.
"La riqueza del mercado bursátil está altamente concentrada entre las familias más ricas", dice el periódico.
Un fenómeno que se ha acentuado en la última década, la misma década de oro que tiene al toro de Manhattan más fuerte que nunca.
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