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Se concluyó la sexta ronda de negociaciones del TLCAN y ya hay fecha para una séptima en la Ciudad de México entre el 26 de febrero y el 6 de marzo próximos.
Aunque hay avances importantes en temas como corrupción, el cual cerró en esta ronda, facilitación aduanera, telecomunicaciones o economía digital; la incertidumbre persiste, el tiempo apremia y las posiciones en los temas sensibles que EU ha presentado siguen tan alejadas de las de Canadá y México como desde el principio.
Como era de esperarse, los tiempos de la negociación comercial se acercan y muy probablemente se crucen con los tiempos electorales en los tres países.
Para el secretario Ildefonso Guajardo la gran oportunidad está “entre marzo y el fin de junio” previo a la elección presidencial de nuestro país.
En Canadá se realizarán elecciones generales en Ontario en junio y en Quebec en octubre, las dos provincias que representan más de la mitad de la población de ese país.
Por su parte, el presidente Trump ya ha declarado que EU podría considerar extender la negociación a 2019 más allá de sus elecciones legislativas en noviembre próximo. Tan es así que ya ha dicho que solicitará al Congreso de su país renovar la Autoridad para negociar (Trade Promotion Authority) la cual expira el 1 de julio de 2018, por tres años más, con lo que se asegura poder concluir la negociación y someterlo a votación del Congreso en ese periodo.
De igual manera, el tono proteccionista y defensivo de EU no faltó y hace muy difícil poder acercar posiciones en los temas más controvertidos.
Justo un día antes del inicio de la ronda el presidente Trump anunció su decisión de incluir a las lavadoras y páneles solares originarios de México en la aplicación de medidas de salvaguardia. Asimismo, Canadá fue el blanco de los ataques del representante comercial de EU, Robert Lighthizer, quien lanzó duras críticas tanto de sus propuestas en la negociación como del caso iniciado por Canadá en el seno de la OMC, donde cuestiona la forma en la que EU aplica sus leyes sobre defensa comercial.
Lighthizer calificó la decisión canadiense como un “ataque masivo en contra de las leyes comerciales” de su país, que durante el primer año del gobierno de Trump sirvieron para iniciar 84 casos, un incremento de 60% con respecto a los 52 en el último año de la administración Obama.
Esta sexta ronda mantuvo sin solución los temas medulares sobre los cuales EU ha centrado la negociación. En reglas de origen para vehículos, Canadá presentó una propuesta que Lighthizer consideró “inaceptable” pues podría "resultar en un contenido regional menor que el actual”.
Ante la propuesta de exclusión voluntaria de la administración Trump del mecanismo de solución de controversias inversionista-Estado, Canadá planteó mantener uno bilateral con México al cual las empresas de EU no podrían recurrir.
En lo que se refiere a propuestas planteadas anteriormente como la cláusula de “extinción” o las compras públicas, éstas no parecen ser suficientes para EU para poder avanzar en esta negociación.
Asimismo, la presión de los defensores del TLCAN en EU se ha tornado vigorosa.
De hecho, diversos productores agrícolas en EU han rechazado la propuesta de su gobierno de cambiar su ley de remedios comerciales para favorecer a productores de cosechas estacionales como los tomateros de Florida, e incluso han declarado que si Trump denuncia el TLCAN le podría costar su reelección. Sin embargo, la administración hasta ahora no ha modificado su propuesta con lo que mantiene uno de los principales obstáculos en la negociación.
Si bien un buen acuerdo debe ser prioritario sobre un acuerdo expedito, en la medida en que no se llegue a un acuerdo, la amenaza del presidente Trump de retirar a EU del TLCAN sigue sobre la mesa ya sea como una forma de ejercer presión para obtener las concesiones que busca en esta renegociación o bien como una forma de alimentar el apoyo de su base electoral que apoya su agenda comercial unilateral y proteccionista.
Hasta en tanto las negociaciones no concluyan, persiste la posibilidad de que la política del Twitter del presidente Trump pueda incidir sobre el proceso de renegociación o el futuro mismo del acuerdo.
Ya lo dijo en su entrevista al Wall Street Journal, “si cancelo el TLCAN y renegocio un nuevo TLC, el mercado accionario de EE” respondería al alza. Esperemos no tener que probar que el presidente Trump podría estar haciendo un cálculo económico y político totalmente equivocado.
Directora, LMMConsulting
Profesora afiliada en la División
de Estudios Internacionales del CIDE
@luzmdelamora @lmmconsultingmx