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Bruselas.— México y la Unión Europea (UE) reanudarán en abril las negociaciones formales para actualizar el pacto de libre comercio (TLCUEM) en vigor desde 2000.
La ronda técnica convocada en Bruselas, buscará crear las condiciones para celebrar el encuentro ministerial entre el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, y la comisaria Europea de Comercio, Cecilia Malmström, que permita alcanzar el acuerdo preliminar.
Si bien en diciembre y febrero hubo convocatorias similares, el subsecretario de Economía, Juan Carlos Baker, es optimista de que “la tercera sea la vencida”.
“Tenemos confianza. México y la UE creen que éste es el mejor momento para reflejar certidumbre en el comercio a través de fuertes reglas y acuerdos”, aseguró en un encuentro con periodistas.
Pero más allá del sensible contexto internacional que se vive por las políticas proteccionistas del presidente estadounidense Donald Trump, precisó que a diferencia de los encuentros previos, “la flexibilidad que ambas partes deben mostrar (para alcanzar un acuerdo) está sobre la mesa de negociación”.
Explicó que a la fecha sigue siendo insatisfactoria la oferta europea de acceso a su mercado agrícola. Insistió en que México quiere mayor apertura en el rubro de carne, pollo, miel, frutas y verduras.
Además, reconoció que los europeos demandan acceso preferencial para su sector lácteo. Adelantó que habrá concesiones, pero la UE no puede esperar la completa apertura del mercado mexicano, como en el caso del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN).
Sobre las indicaciones geográficas, dijo que las diferencias persisten en una docena de productos.
Tampoco hay consenso sobre temas muy concretos en el rubro de las reglas de origen en el ámbito agrícola y manufacturero, considerando que el universo del acuerdo se compone por 14 mil; la más controvertida, desde el punto de vista de la oficina de Malmström, tiene que ver con el sector automotriz.
La regla de origen actual es de 60% regional y 40% externo, y México demanda un trato similar al obtenido por Japón en su pacto comercial con la UE, el cual incluyó un periodo transitorio para reducir el componente nacional a 55%.
Otro rubro que impide lograr el equilibrio deseado en las negociaciones es el de acceso a compras gubernamentales, sector excluido por México en todos sus tratados.
El funcionario explicó que la posición de México se ha flexibilizado, pasando del “no a la apertura” a “deja ver qué puedo hacer”.
Considerando que la postura de Bruselas es que no habrá acuerdo sin un ambicioso capítulo en compras de gobierno, el equipo mexicano examina distintas fórmulas.