Entre las historias sobre cómo se dio la recuperación del pago de impuestos de grandes empresas destaca la de FEMSA, de José Antonio El Diablo Fernández Carbajal. Al caso de Walmart, cuyo pago fue bajo advertencia de que los directivos fueran a prisión, se suma el de la dueña de Oxxo, nos dicen. Al verse sin salida bajo riesgo de perder la firma electrónica, ir tras el abogado y el consejo de administración, pagó 8 mil 790 millones de pesos, cuando la Procuraduría Fiscal de la Federación iba por 245 millones. Carlos Romero, titular de la PFF, no le teme ni al mismísimo diablo, nos comentan.
Nos cuentan que la nueva normalidad aún está lejos de generalizarse en el sector financiero. Los principales bancos, representados por Luis Niño de Rivera en la Asociación de Bancos de México (ABM), se quedarán en trabajo remoto incluso después de que el semáforo cambie a verde. La banca fue muy clara respecto a que una cuarta parte de sus sucursales se mantendrá cerrada en la CDMX en tanto no mejore la cifra de contagios de Covid-19. Así, el trabajo desde casa parece una realidad para los grupos financieros, quienes no quiere arriesgar a su plantilla y apuestan por nuevos modelos de trabajo.
Las aerolíneas no la están pasando bien, pues el tráfico de pasajeros se desplomó por el Covid-19. No obstante, en toda crisis surgen oportunidades. Para algunas, el transporte de carga ha sido la alternativa, pues se requieren insumos médicos y alimentos, sobre todo. Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, sacó provecho a su flota de Boeing 787 Dreamliner, los únicos que pueden volar sin escalas a China, y ha completado 125 vuelos entre México y el país asiático para llevar equipo médico a 14 países en esta pandemia. Hasta ahora ha transportado mil 700 toneladas de equipo médico, nos cuentan.