A más de un año de la entrada en vigor de la norma de etiquetado en alimentos y bebidas no alcohólicas, los productos con sellos de alerta siguen consumiéndose, indican especialistas consultados por EL UNIVERSAL.
Medir la efectividad de esta medida es difícil, reconocen, pues la vigencia de la Norma Oficial Mexicana (NOM) 051-SCFI/ SSA-2010, Especificación de etiquetado para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados-información comercial y sanitaria, a partir del 1 de octubre de 2020, coincidió con la pandemia de Covid-19.
“Aunque ha habido cierto impacto en algunas categorías, tampoco cayeron las ventas”, aseguró el vicepresidente de la Comisión de Alimentos, Bebidas y Tabaco de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Jonás Murillo.
Explicó que la industria reformuló la composición de los productos y, al quitarles azúcar, grasa y sodio, se convirtieron en otra cosa distinta; eso causó que la gente siguiera comprando productos con sellos de alerta, pues no tuvieron sustituto u opción.
Agregó que por la pandemia y la radicalización de los requisitos para el etiquetado de alimentos y bebidas por la NOM-051, se desconoce con certeza qué pasó con el consumo de los productos con alto contenido calórico o de sodio, pero se observó que dejaron de venderse alimentos en empaques pequeños o productos que eran más saludables, pero tuvieron que incluir sellos de alerta en su empaque.
“El problema de este etiquetado es que una ensalada con aderezo tiene los mismos sellos que un refresco, pero en realidad hay una gran diferencia entre consumir uno y otro”, expuso.
Nuevos patrones
De acuerdo con Kantar México, firma de investigación de mercados, al cierre del tercer trimestre del año las ventas de las principales empresas de alimentos no han mostrado mayor impacto por las reglas de etiquetado.
“Con base en monitoreo semanal que hacemos a 8 mil hogares, hemos estado observando esto cada trimestre, y en los primeros nueve meses de esta iniciativa no se ha visto un impacto claro, significativo, en los patrones de compra de los mexicanos”, explicó Fabián Ghirardelly, director de la división Worldpanel de Kantar México.
Muchos cambios en los patrones de consumo que se vieron fueron a partir del segundo trimestre de 2020, pero motivados por el confinamiento, dijo.
“Para la segunda etapa, donde se considera la salida de los personajes de la envoltura de los productos, tampoco vimos mayores impactos”, detalló.
Ghirardelly coincidió en que no se debe perder de vista que la NOM-051 se implementó en un momento atípico en el mercado, creado por el confinamiento.
Más información
Para la Secretaría de Economía, la NOM-051 cumplió con su objetivo, puesto que los consumidores ya pueden leer en la etiqueta el contenido calórico, de azúcar, sodio y grasas de un producto, lo que les permite elegir, dijo el director General de Normas, Alfonso Guati Rojo.
A un año de su entrada en vigor, señaló que “la evaluación es que para todos ha sido sumamente satisfactoria, para reguladores y regulados”.
Dijo que otro aspecto satisfactorio es que las empresas han reformulado sus productos, “han entendido que hay un enorme beneficio en reducir grasas saturadas, grasas trans, azúcares y sodio, y eso ha permitido tener productos más saludables”.
En línea con la NOM
La industria ha cumplido con el etiquetado, dijo la coordinadora de Salud Alimentaria en la organización El Poder del Consumidor, Alejandra Contreras.
Destacó que lo mejor es que los alimentos para niños ya no tienen figuras y caricaturas que los induzcan al consumo.
Sin embargo, “hace falta una campaña gubernamental del contenido frontal, en la que se explique el buen uso del etiquetado. Falta una campaña masiva a nivel nacional para que los niños sepan por qué tienen dos o tres sellos de advertencia”.
Contreras recordó que la aplicación de la NOM-051 se dio de manera paulatina, ya que faltan otros cambios y será hasta 2025 cuando se tenga el perfil definitivo de la normatividad.
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