La economía mexicana habría reportado un crecimiento de 2.9% durante todo el año pasado, anticipan especialistas.
Esta proyección llega después de conocer que la segunda economía más grande de América Latina se contrajo durante los últimos dos meses de 2022, de acuerdo con las previsiones que presentó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
A partir de los datos preliminares del instituto, “el crecimiento total de la economía en el año sería de 2.9%, que es un número mucho mayor que el que la mayoría de los analistas estábamos [esperando] hasta hace unos meses, pero insuficiente para recuperar los niveles previos a la pandemia, para lo cual se requerirá de un avance de 0.8% en todo 2023”, dijo Daniel Arias, analista de Monex.
El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) del Inegi señala una disminución mensual de 0.1% en noviembre y un retroceso de 0.4% en diciembre, finalizando el avance que venía reportado desde julio pasado.
El freno provendría tanto de la industria —con señales de desaceleración en el exterior— como de los servicios, comentaron especialistas en el tema.
Las actividades relacionadas con los servicios habrían observado una disminución de 0.3% en noviembre y un retroceso de 0.6% en diciembre.
Con esto, el sector se ubicaría 0.7% por debajo del nivel alcanzado en enero de 2020, previo a la pandemia de Covid-19.
Por su parte, la actividad industrial, después de haber reportado un retroceso de 0.1% en noviembre, tendría una disminución de 0.6% en diciembre, de modo que la producción del sector sería 1.2% menor a la que tenía antes de la crisis sanitaria.
De octubre a diciembre, el Producto Interno Bruto (PIB) habría avanzado alrededor de 0.4% en comparación con el trimestre inmediato anterior, cuando se expandió 0.9% al restar la inflación.
Los especialistas señalan que hay ciertos retos para 2023, como son un mayor pesimismo sobre la actividad en Estados Unidos, particularmente en el sector industrial, así como la persistencia de presiones inflacionarias en el componente subyacente, y la continuación del aumento en las tasas de interés.
De esta forma, el dinamismo en el cuarto trimestre tuvo como base el dinamismo del empleo y las remesas. Además, la industria se benefició de nuevas inversiones y menores precios de los energéticos, agregaron los analistas. A 34 meses del colapso por la pandemia y a diferencia de la mayoría del resto de los países, la economía mexicana aún se mantiene en la lucha por lograr salir de los estragos económicos que generaron los confinamientos, destacó Daniel Arias.
En su opinión, “aunque pareciera sencillo que este año se completaría el proceso de recuperación, lo cierto es que las cifras muestran que el impulso que dominó en 2021 y 2022 ya se ha agotado y, por el contrario, el inicio de 2023 podría traer nuevas contracciones en los flujos de actividad mensual que poco a poco vayan cimentando la noción de una recesión en puerta”.
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