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El presidente de HSBC México, Nuno Matos, define el arranque del gobierno de Andrés Manuel López Obrador como el inicio de la implementación de un modelo de equilibrios, el cual busca crecimiento con inclusión social.
Para el directivo, el mercado espera conocer cómo cumplirá el gobierno el reto de mantener al país con superávit fiscal.
¿Qué le ha parecido el arranque del gobierno?
—La nueva administración tiene un programa claro. Lo resumiría en tres pilares fundamentales. El primero es el pilar de la confianza, de la disciplina y la independencia del banco central. Eso ha sido reafirmado de una forma muy clara.
El segundo es el combate a la corrupción y la inseguridad. Hemos visto medidas, como el combate al huachicoleo que ha sido muy necesario, y la aprobación de la Guardia Nacional en el Senado. Eso me parece muy positivo. Este pilar lo llamaría el de la sustentabilidad moral y ética del país.
¿Les inquieta la presión a Pemex y las calificadoras?
—Es el primer año de una nueva administración. Es un cambio de modelo. Es un modelo de equilibrios de crecimiento económico con inclusión social. Apoyamos 100% este modelo. Tiene retos.
Hay ansiedad para ver cómo se va a hacer la ejecución de todo esto. La promesa del superávit primario de 1% tiene que ser entregada. Eso es fundamental, la ejecución fiscal, presupuestaria de las cuentas mexicanas en 2019 es muy importante y el mercado va a estar mirándolo.
El segundo elemento importante es Pemex. Operacionalmente es muy rentable, pero su perfil financiero y su alto nivel de endeudamiento han complicado a la compañía. No es posible pretender que los problemas de Pemex que se han acumulado en dos o tres décadas se resuelvan en dos, tres meses. Es importante entender que la mejora definitiva de Pemex tardará años. Hay que confiar en esta administración que ha demostrado que va a soportar a Pemex, pero es importante que clarifique en el corto plazo su política de inversiones, ya sea la refinería y dentro de la reforma energética clarificar el rol del sector privado.
¿Un banco global como HSBC confía en el nuevo gobierno?
—Estamos muy confiados. HSBC está muy contento con el banco que tiene en México. Es uno de los ocho países prioritarios. Somos un mercado emergente de primer nivel en el mundo, con 130 millones de personas, una población joven con un vecino al norte que es la mayor economía del mundo. ¿A quién no le gustaría tener ese vecino? Así que México tiene todas las condiciones de acelerar el crecimiento. En los últimos 30 años ha crecido un promedio de 2% a 2.5%. No podemos estar contentos con ese modelo. Por lo tanto, México debe asumir, claramente, su responsabilidad de crecer a niveles de 4% a 5% por lo menos.
Para que eso ocurra el combate a la corrupción e inseguridad son fundamentales y el tema de sustentabilidad social es importante. No podemos construir una sociedad sostenible si parte de la población tiene sueldos bajos. Una vez que esos elementos están siendo afrontados, estamos convencidos de que hay condiciones a mediano plazo de crecer entre 4% y 5% y HSBC está para apoyarlo.
¿Después de que López Obrador como candidato amenazara con “soltar el tigre” en la convención del año pasado, todo indica que hay muy buena relación con los bancos…
—Es una relación de colaboración. El sector financiero es un componente estratégico de una economía. Una economía fuerte necesita un sector financiero fuerte. No hay cómo tener las dos cosas divorciadas.