Aunque el costo de envíos de remesas de Estados Unidos (EU) a México es considerado por los inmigrantes como barato, puede serlo más si se hicieran transferencias digitales utilizando el celular, según datos del Banco Mundial (BM) y el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla).
Mientras que el costo promedio global es de 6%, en México va de 3.2% a 5% medido como proporción del monto de la remesa, sin considerar el margen cambiario.
Es decir que los paisanos que mandan dinero pagan alrededor de 8.94 dólares por enviar 200 dólares en promedio.
El BM reporta que los bancos continúan siendo el canal más caro para el envío de remesas, con un costo promedio de 11%; seguidos de las oficinas de correos, 6.5%; remesadoras, 5.2%; y operadores móviles, 3.5%.
Asegura que las transferencias por celular siguen siendo las más baratas, pero representan una pequeña parte del volumen de transacciones, con menos de 1% del total, debido a las restricciones por regulaciones antilavado que impiden que sean una opción a favor de la inclusión financiera.
Una encuesta difundida por el Cemla reveló que 82.3% de los remitentes consideró que el costo de enviar remesas a México es barato o muy barato.
Al parecer, las mujeres inmigrantes mexicanas en EU son más cuidadosas que los hombres en la elección del proveedor del servicio de envío, ya que suelen buscar lo menos costoso.
Lo más caro que pagan por ese servicio va de 9.86 a 10.76 dólares, pero los hombres llegan a desembolsar hasta 10.80 dólares por cada envío. El precio depende de la cercanía del receptor del dinero y la facilidad de la transferencia.
Aunque ya no representa tan oneroso para los inmigrantes, Banco Mundial se dice insatisfecho con eso, puesto que, en general, es el doble del valor de la meta de los objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de 3%, según los precios de las remesas que tiene en Worldwide Database.
México es el segundo país receptor de remesas en el plano global. Con el tiempo y el surgimiento de más alternativas a la mano de los paisanos, el precio de este servicio ya no es muy elevado como en el pasado, cuando sólo existían pocos jugadores en el mercado y no eran comunes las transferencias electrónicas.
Entre las regiones de países en desarrollo, el costo más bajo se identificó en el sur de Asia, con alrededor de 4.1%, mientras que África subsahariana siguió teniendo el mayor promedio, de 7.8%.
América Latina y el Caribe experimentó el mayor aumento con un promedio, de 5.6% a 6%, continuando con Europa y Asia Central.
El negocio de envío de remesas sigue siendo muy atractivo, pues los llamados “migradólares” no han dejado de fluir, pese a la pandemia, la guerra y la desaceleración de la economía mundial. Su resiliencia ha hecho que impongan máximos históricos.
El BM anticipa que las entradas de remesas a América Latina y el Caribe establecerán el ritmo más fuerte entre regiones en desarrollo, con un incremento de 4.7% en 2023.
No obstante, advirtió que las perspectivas están estrechamente ligadas al tenor de la economía de EU, de modo que los riesgos son sustanciales y sesgados a la baja.
Destacó que el aumento de la migración en tránsito por México es otra importante fuente de remesas, ya que los migrantes provenientes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, cuando pasan por aquí rumbo a EU, reciben fondos de sus familias para cubrir los gastos de manutención.
Al igual que el gobierno federal, Banxico también está haciendo esfuerzos para facilitar el envío de remesas sin que signifique un mayor costo.
Con el pago tipo remesas usando el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), dará más posibilidades a más empresas remesadoras en EU de tener un esquema más eficiente, lo que incrementará la competencia en beneficio de los paisanos.
Para ello, Banxico fortaleció las reglas del SPEI para el procesamiento, envío y pago de remesas; no será necesario para los connacionales tener una cuenta bancaria en EU.
Lo podrán hacer como ahora por medio de una remesadora, empresa que, para poder hacer este nuevo esquema de mensajería en el SPEI tipo remesa, debe tener un convenio con una institución financiera en México conectada al sistema de pagos de Banxico para transferir los recursos.
Cuando el paisano vaya hacer el envío, podrá entregar el recurso de manera electrónica a una cuenta, pero si no la tiene podrá ser en efectivo o en cheque, luego la empresa de transferencias de dinero, la registra en sus sistemas que ya tiene una remesa y la instruye que vaya a una cuenta CLABE o de depósito.
La remesadora se pone en contacto con su contraparte en México que está conectada al SPEI, y esa remesadora lo que hace es que del lado mexicano ordena un pago por ejemplo de 500 dólares depositados en esa cuenta.
Para la vista del compatriota que entregó el efectivo en la farmacia, la tienda de la esquina o en las oficinas de la remesadora, se le avisa que ya fue depositado el recurso en la cuenta bancaria en México que indicó.
Esto se puede hacer actualmente, pero el problema es que, al enviar el mensaje, a algunos participantes se les complica la tramitación del pago, y eso retrasa los tiempos del procesamiento.