Para impulsar la producción de vehículos eléctricos en el país es necesario contar con una red eléctrica adecuada tanto para la colocación de estaciones de recarga como para que los fabricantes tengan acceso a energía limpia, señalan especialistas.

De acuerdo con el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), para satisfacer el aumento de demanda en energía eléctrica destinada a la electromovilidad se utilizarán 10 mil 926 gigawatts hora (GWh) para 2035, que representan 2.3% del consumo del Sistema Eléctrico Nacional.

La generación adicional de energía idealmente debe considerar los compromisos internacionales de México en términos de emisiones contaminantes.

Algunas soluciones para alcanzar ese objetivo podrían ser las microrredes y la generación de energía para el autoconsumo, de acuerdo con el Diagnóstico para la transición de la industria automotriz en México, el cual fue elaborado por el Grupo de Trabajo para la Electrificación del Transporte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

La transmisión y distribución eléctrica también es una preocupación de los fabricantes que quieren comenzar a elaborar vehículos eléctricos en el país.

En México, detalla el reporte, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) se compone de 53 regiones de transmisión conectadas entre sí mediante redes eléctricas de alta tensión (corredores) que permiten el intercambio de energía eléctrica entre ellas.

A su vez, dentro de cada región de transmisión hay redes de distribución que conectan a todas las subestaciones entre sí. Este sistema debe estar en óptimo funcionamiento, de lo contrario “corre el riesgo de colapsar”.

“Uno de los desafíos principales a los que se enfrenta el país en materia de seguridad energética es la red de transmisión, ya que no ha recibido las inversiones necesarias para su mantenimiento”, dice el texto. Al mismo tiempo, existen retos de interconectividad en los sistemas aislados de Baja California, Baja California Sur y la península de Yucatán.

Así, la carga de vehículos eléctricos puede agravar los problemas persistentes en la red eléctrica si no hay coordinación entre los actores, ya que, al aumentar los picos de oferta y demanda, se generará una mayor presión sobre la red.

Además, el tipo de cargadores que requieren los autos eléctricos pueden presentar efectos adversos relacionados con el perfil de tensión o voltaje, así como pérdidas de energía y potencia en los transformadores. En el documento, el grupo de trabajo de la SRE reconoce que se requieren inversiones en infraestructura, tecnología e innovación para facilitar la gestión de la energía de acuerdo con la demanda en determinado momento del día.

Con el tiempo, el despliegue de este tipo de tecnologías permitirá que los vehículos se conecten a cargadores inteligentes para contribuir al equilibrio del sistema.

La Agencia Internacional de Energía estima que, para 2030, aproximadamente 30% de los vehículos nuevos que se vendan en el mundo serán eléctricos. De esta forma, el valor del mercado de esta nueva industria será de aproximadamente 190 mil millones de dólares para ese mismo año.

Alto potencial

La semana pasada, este diario publicó que el sector de autopartes es el principal receptor de inversiones por nearshoring, con 37% de los anuncios de traslado de empresas hacia México, de acuerdo con CBRE y la Industria Nacional de Autopartes (INA).

Tan sólo en 2023 se estiman inversiones por 15 mil millones de dólares en la fabricación de componentes automotrices, específicamente para la fabricación de baterías para autos eléctricos, chasises, transmisiones, interiores, rines de aluminio, manufactura de moldes y herramientas, componentes eléctricos, partes de inyección de plástico, partes de motor y ampliación de líneas de producción.

De acuerdo con INA, este año la producción de autopartes podría crecer 7% en comparación con el año pasado.


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