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La caída de las inversiones que se registra desde hace más de 10 años y la parálisis que genera la cuarentena por el Covid-19 mantienen a la industria de la construcción en problemas, lo que ya se tradujo en que 3 mil constructoras micro, pequeñas y medianas afiliadas a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) “no puedan funcionar”.
El presidente del organismo, Eduardo Ramírez Leal, dijo que al no existir un apoyo financiero ni ingresos para las empresas, se enfrentan problemas fuertes.
“Hoy tenemos alrededor de 3 mil empresas micro, pequeñas y medianas no sólo con problemas de liquidez, simplemente ya no pueden funcionar. Dejaron de tener ingresos hace unas semanas y seguramente muchas de ellas ya no pueden sostener su plantilla de trabajadores. Estamos en una situación muy complicada”.
En la videoconferencia Cuarto Informe Semanal Covid-Industrial que organizó la Concamin, Ramírez Leal expuso que a la industria se le desplazó en esta administración porque se piensa que es corrupta, lo que no es real. Si bien hay algunos “malos constructores”, no todos son así, dijo.
Explicó que entre las ramas productivas en las cuales se contrajo más la actividad de construcción en el primer bimestre de 2020 contra el mismo periodo del año pasado destacan las de accesorios de iluminación, con caída de 42.70%; maquinaria y equipo pesado para construcción, con 29.70%; asfalto 20.70%, y acero, 13.60%.
Dijo que es necesario mejorar la distribución de la inversión pública, porque 81.5% se concentra en cinco estados del país.
Propuso “agilizar la aplicación de los recursos de obra en el país aprovechando medios electrónicos, analizar las necesidades de las empresas en el diseño de apoyos e incentivar la formalidad en su aplicación, flexibilizar y potenciar los esquemas de participación público-privado y la formalidad en la finalidad de los recursos”.