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Considerados los dos principales índices accionarios de Estados Unidos, el Standard & Poor’s 500 y el Dow Jones acabaron este martes con resultados negativos y sumaron seis sesiones en rojo, por el creciente temor de inversionistas a una recesión económica.
Ambos indicadores están atrapados en un mercado bajista (bear market), ya que han perdido más de 20% desde sus máximos de año.
Los movimientos de ayer se produjeron conforme crecen las apuestas que señalan que la subida de tasas de interés que ha llevado a cabo la Reserva Federal (Fed) para combatir la inflación, va a provocar una recesión en la economía más grande del planeta.
La semana pasada, luego de anunciar el tercer incremento consecutivo de 75 puntos base, el presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió sobre “algo de dolor” para las familias y empresas por las medidas contra la carestía.
Contrario a sus pares en la Unión Americana, la Bolsa Mexicana de Valores finalizó ayer en terreno positivo y las acciones con mayores avances fueron la compañía de alimentos Gruma (4.0%), Grupo Aeroportuario del Pacífico (3.6%) y Grupo Aeroportuario del Sureste (3.4%).
En el mercado cambiario, el peso terminó en 20.39 unidades por dólar, una depreciación de dos centavos, en operaciones al mayoreo que reporta Bloomberg. Al menudeo acabó en 20.91 pesos en ventanillas de CitiBanamex.
La pérdida del peso ocurrió a la par de un fortalecimiento moderado del dólar, que brevemente alcanzó un nuevo máximo histórico.
Las divisas más depreciadas fueron: el zloty polaco, el rublo ruso, el yuan chino, el dólar australiano, la corona checa y el peso colombiano.
En cambio, las más apreciadas fueron: el won surcoreano, el peso chileno, el rand sudafricano, el dólar taiwanés y la libra esterlina, reveló un reporte de Banco Base.
Por otra parte, el precio del petróleo estadounidense se incrementó 2.3% luego de dos jornadas de disminuciones, para finalizar en 78.50 dólares el barril, mientras que el crudo mexicano aumentó 2.3% y llegó a 75.38 unidades.
La recuperación del crudo se debió a un sabotaje al gasoducto Nord Stream en el Báltico, que acentuó los temores de que se agrave la crisis energética. La expectativa de un invierno sin gas ruso se reflejó en un aumento de precio del hidrocarburo de 7.1%.
Especialistas de Banorte estiman que la volatilidad en los energéticos va a mantenerse por las disrupciones en la oferta, estando latente un posible ajuste en los niveles de producción de crudo de la OPEP+ en su reunión de octubre.
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