Los adeudos con el Servicio de Administración Tributaria (SAT) se triplicaron durante el sexenio actual, aunque hubo un incremento todavía mayor en el caso de los grandes contribuyentes.
Al comenzar la autollamada Cuarta Transformación, los adeudos de los causantes ascendían a un total de 747 mil millones de pesos, pero cinco años después la cifra llegó a 2.3 billones de pesos, es decir, tres veces más que en 2018.
Los pagos pendientes que más crecieron corresponden a los corporativos y multinacionales que operan en el país, ya que sus adeudos se cuadruplicaron de 186 mil millones a 756 mil millones, indican registros de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
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Del saldo total de 2.3 billones de pesos, 61% son adeudos controvertidos que no pueden ser objeto de acciones de cobro debido a que los contribuyentes promovieron medios de defensa, como el caso de Grupo Salinas, de Ricardo Salinas Pliego.
En tanto, 25% son factibles de cobro y 14% se dan por perdidos porque tienen que ver con deudores insolventes, no localizados y en comprobación de incobrabilidad.
También se cuadruplicó el monto controvertido involucrado en pleitos en tribunales, luego de que la pandemia detuvo las diligencias y los tribunales estuvieron cerrados, mientras que los débitos se fueron actualizando con recargos.
Justicia fiscal
A nadie le gusta pagar impuestos, pero es algo que se debe hacer en conjunto para vivir en sociedad, opinó la directora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Alejandra Macías. En entrevista con EL UNIVERSAL, enfatizó que las personas más ricas contribuyen con menos de lo que corresponde, lo que no abona para una justicia fiscal.
Advirtió que la desigualdad ha desatado problemas como inseguridad pública, lo que nos cuesta a todos, hasta a los más acaudalados.
Desde su punto de vista, se debe reclamar al gobierno que rinda cuentas y gaste el presupuesto de manera eficiente.
“Es muy importante la reciprocidad fiscal o también llamada moral tributaria, es decir, saber a dónde se fue el peso que te pagué como impuesto”, comentó.
En su opinión, los ciudadanos se resisten a cumplir con las obligaciones fiscales, porque no perciben resultados de las decisiones del gobierno.
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El tiempo pasa factura
Los adeudos fiscales se actualizan por la inflación y causan recargos que aumentan con el tiempo, mientras que el fisco también finca multas.
En caso de que el adeudo esté controvertido, si pierde el contribuyente deberá pagar actualizaciones, recargos y multas al final del proceso. Estas últimas son susceptibles de una reducción en montos, pero no los otros conceptos. Si el contribuyente gana el caso, no pagará nada.
A los adeudos se les conoce como créditos fiscales que corresponden a lo que deben por concepto de impuestos, y se derivan del inicio de facultades de comprobación de la autoridad que se acerca a un contribuyente y lo revisa.
El CIEP forma parte de la Alianza por la Justicia Fiscal, que crearon varias organizaciones civiles para exigir una reforma fiscal urgente en la que se cobren mayores tributos a los que más tienen.
Proponen aumentar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) a los más ricos en México, y que los estados cobren bien el predial.
También, piden revisar las renuncias recaudatorias para evitar que los de mayores ingresos lleven a cabo más deducciones de impuestos, sobre todo, los que tienen las grandes fortunas.
Dentro de la alianza hay propuestas de rendición de cuentas del gasto para ser más transparente e involucrar a la ciudadanía.
Para Alejandra Macías, las reformas fiscales sí sirven, ya que en México se ha logrado aumentar los ingresos tributarios frente a los petroleros, pero hay que seguir empujando más cambios de fondo.