El trayecto a Palacio Nacional es rápido. Herrera se da el lujo de defender el aumento al salario mínimo mientras pedalea a más de 20 kilómetros por hora sobre 20 de Noviembre.
Unos días antes de la entrevista, el presidente Andrés Manuel López Obrador había anunciado un aumento al salario mínimo de 20% hasta 123.22 pesos diarios. Esta escalada de doble dígito encendió alertas por parte de quienes consideran que medidas como ésta tienden a encarecer los precios de productos y servicios, es decir que hacen crecer a la inflación. Pero Herrera no está de acuerdo.
El secretario, ya con seis meses en el cargo, argumenta que desde la década de los ochenta el salario había perdido 75% de su valor y que los aumentos únicamente tienen un efecto inflacionario cuando se parte de salarios que ya son muy altos. "Si los salarios ya son altos y se incrementan va a tener un impacto por el lado de los costos, pero si los salarios son muy bajos, como en el caso de México, no necesariamente va a ser así", dice.
La mejor prueba de este razonamiento es el aumento que se aplicó a los salarios mínimos durante los primeros meses de la administración lopezobradorista, explica, cuando se estableció un incremento de 16% a nivel nacional, mientras que en la Zona Libre de la Frontera Norte se duplicó. "Donde más aumentó el salario mínimo fue en la frontera norte, y fue la zona donde menos subió la inflación", asegura.
"(El aumento del salario mínimo) tiene dos efectos económicos que para mí son muy importantes. Uno, tiene un efecto en el bienestar social. Es decir, el salario mínimo va para los trabajadores que ejercen sus labores en las condiciones más difíciles. Ellos son los que se encontrarán en una mejor situación. Y dos, ese tipo de trabajadores tienen lo que en economía se llama 'restricción de liquidez'. Esos aumentos en el ingreso se traducen en aumento en el consumo y eso en una situación de desaceleración como la que estamos viendo es muy importante", dice Herrera.
Sin embargo, nadie debe acostumbrarse a incrementos tan abruptos. La intención, asegura, es acercar su nivel a uno que garantice a las personas un mínimo de bienestar. En los años venideros, los incrementos "seguramente van a ir siendo más moderados", aunque siempre por encima de la inflación, de manera que no se pierda el poder de compra del minisalario, aclara.
Al dar vuelta sobre la calle de Moneda, sólo queda tiempo para una pregunta más.
-¿Cuál es el mayor reto de trabajar con Andrés Manuel López Obrador?
"Probablemente lo más complicado para todos es aguantar el ritmo de trabajo. Con AMLO se trabaja todos los días, de lunes a domingo, desde las 5 de la mañana", concluye.
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